El Síndic abre una actuación por los abusos sexuales a menores tutelados

La red de abusos a menores desarticulada por los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil , basada en Cataluña pero también con detenciones en Valencia y el País Vasco, sigue trayendo cola. El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, abrió ayer de oficio una actuación sobre esta explotación sexual sobre niños, algunos de ellos tutelados por la Generalitat.

La operación conjunta entre ambos cuerpos policiales acabó con siete detenidos y 29 menores identificados, pese a que más de 80 estaban implicados. Los miembros de la banda los captaban por la calle, al proceder de familias desestructuradas. Les ofrecían dinero, alcohol y drogas cambio de participar en las filamciones de porno infantil. Se incautaron más de un millón de fotografías y vídeos de porno infantil, básicamente en Barcelona y Tortosa, aunque también en Valencia y Barakaldo.

Detallas las causas

El Síndic anunció que pidió a la conselleria de Interior y la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia)de la Generalitat que le detallen las circunstancias que han llevado a estos menores, algunos de ellos tutelados por la administración catalana, a sufrir malos tratos.

Ribó también pidió a la conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias información sobre las actuaciones que llevarán a acabo para atender a los menores que fueron víctimas de esta red de pederastia

La red forzó en quince años a 80 menores vulnerables, de los que al menos 29 fueron captados en las calles de Cataluña y de la Comunidad Valenciana para que se sometieran a las prácticas sexuales, con adultos o con otros menores, que a veces eran grabadas sin su consentimiento.

El Síndic recordó que la responsabilidad de la Dgaia es proteger a los menores que están bajo su tutela y garantizarles el bienestar necesario para hacer posible su máximo desarrollo personal posible.

Por este motivo, el Síndic también pretende aclarar si en este caso se aplicó el protocolo marco de actuaciones en casos de abusos sexuales y, si es así, en qué momento y a partir de qué indicios.

Las víctimas de la red eran siempre chicos menores de edad, en su mayoría procedentes de la inmigración y de familias desestructuradas, algunos de ellos incluso bajo la tutela de la Generalitat, a los que la red, que se da por desarticulada al estar sus siete miembros ya en prisión, captaba y forzaba aprovechándose de su vulnerabilidad.

Una vez captados, la organización llevaban a los menores a pisos, donde grababan vídeos con las prácticas sexuales que luego vendían en todo el mundo. Algunos de los menores eran conscientes, según las mismas fuentes, de que se les estaba grabando, aunque en algunos casos no era así y las imágenes se captaban a través de cámaras ocultas.