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En Cuba no se lee «Patria»

El certamen editorial Liber tiene en su nueva edición a la isla como principal invitada

Un grupo de lectores en La Habana. La isla tiene unos buenos índices de lectura actualmente/ Liber
Un grupo de lectores en La Habana. La isla tiene unos buenos índices de lectura actualmente/ Liberlarazon

Liber, la feria internacional del libro que hasta mañana puede visitarse en el recinto de Fira de Barcelona, es un buen escaparate para aquellas editoriales que quieren que su catálogo tenga visibilidad.

Liber, la feria internacional del libro que hasta mañana puede visitarse en el recinto de Fira de Barcelona, es un buen escaparate para aquellas editoriales que quieren que su catálogo tenga visibilidad. En estos días son muchas las reuniones entre editores y distribuidores, especialmente de América Latina, un terreno fértil en el que poder buscar nuevos lectores y dar a conocer a los escritores de nuestro país.

Igualmente las literaturas al otro lado del charco buscan también hacerse un hueco por estos lares y ven en Liber la mejor plataforma para estas aspiraciones. Este año es Cuba quien tiene la oportunidad de dar a conocer a sus autores. Estamos hablando de escritores que, salvo excepciones como la de Leonardo Padura, apenas han logrado llegar a las librerías españolas.

Que corren nuevos vientos literarios en Cuba es algo que incluso ha llamado la atención a las agencias literarias españolas. A este respecto, la Agencia Literaria Carmen Balcells es la que ha prestado una especial atención como lo demuestra el reciente fichaje de la escritora Marilyn Bobes. Hace unas semanas la autora estuvo en Barcelona acompañada de Lluís Miquel Palomares, director editorial de la agencia, quien explicó que hacía tiempo que una asignatura pendiente era el poder encontrar los nuevos talentos procedentes de Cuba. A Bobes la definió como «una excepción brillante», en el sentido de que está alejada de los tópicos que tanto siguen persiguiendo a una narrativa que quiere conocer más lectores fuera del país americano.

Otro buen aliado para la narrativa cubana en España ha sido la sevillana Editorial Guantanamera que ha construido un catálogo a partir de la búsqueda del nuevo talento cubano, sobre todo los escritores jóvenes. Además de Marilyn Bobes, en el catálogo de Guantanamera pueden encontrarse autores como Alexey Rodríguez Lorenzo, Antonio Rodríguez Salvador, Hermes Entenza o Jhortensia Espineta Osuna, entre muchos otros. Son creadores tanto jóvenes como veteranos, pero inéditos para el lector español.

Para Cuba estar en Liber es una buena oportunidad. Sonia Almaguer Darna, directora general de la Cámara Cubana del Libro explicaba ayer a este diario que el de Barcelona es un certamen distinto al que se celebra en La Habana durante diez días y donde conviven el negocio con todo tipo de públicos. Con la delegación de la isla caribeña llega el poder presentar a 188 sellos, algunos de ellos procedentes de los ministerios cubanos o del Consejo Cultural del Libro.

En el equipaje de la delegación cubana también han viajado algunos de los títulos que se leen en Cuba. Uno de ellos es «Caballo con arzones» de Ahmel Echevarría y que se ha convertido en uno de los autores de referencia procedentes de este país. «Caballo con arzones», galardonada con el último Premio Alejo Carpentier de novela, es uno de los títulos más buscados en la isla. Otra apuesta importante es la recuperación en edición crítica de «Jardín», de la ganadora del Premio Cervantes Dulce María Loynaz. Estamos hablando de un título clásico para la narrativa cubana y que en su momento fue aplaudido por nombres como Gabriela Mistral quien dijo que «para mí leer “Jardín” ha sido el mejor “repaso” de idioma Español que he hecho en mucho tiempo». Igualmente se presentan libros de la influyente narradora y bloggera Dazra Novak o de autores cubanos residentes en España como el dramaturgo Abel González Melo, el poeta Sigfredo Ariel o del narrador Alexis Díaz-Pimianta, sin olvidar la recuperación de nombres clásicos como Nicolás Guillén.

Cuba puede presumir, según cuenta Almaguer Darna, de tener unos buenos índices de lectura. Hablamos de un país en el que se publican unos 200.000 ejemplares al año, títulos que en el mercado tienen un precio en la mayoría de casos de 7 pesos cubanos, unos 50 céntimos.

Otro aspecto que se quiere potenciar es la presencia de las editoriales españolas en Cuba. «Es algo que queremos fomentar. Queremos estimular esto porque existen entre nosotros un vínculo efectivo. Nos queremos acercar a los éxitos españoles», apunta quien también es directora general de la Feria Internacional del Libro de La Habana. Que eso es así lo demuestra el hecho de que un título como «Patria», de Fernando Aramburu, todavía no ha llegado a Cuba.