Barcelona

«Es una estafa orquestada por Vueling»

«Nos cambiaron hasta veinte veces el horario del vuelo para evitar que canceláramos o pidiésemos al menos una noche de hotel»

La gestión de Vueling en El Prat lejos de mejorar sigue acumulando retrasos y cancelaciones
La gestión de Vueling en El Prat lejos de mejorar sigue acumulando retrasos y cancelacioneslarazon

«Nos cambiaron hasta veinte veces el horario del vuelo para evitar que canceláramos o pidiésemos al menos una noche de hotel»

Nueva jornada de caos en el aeropuerto del Prat. Solo ayer hasta las seis de la tarde, la gran protagonista del embrollo, Vueling, acumulaba 18 cancelaciones y 85 salidas con retraso de hasta cinco horas debido a «motivos operacionales». A ellos, habría que sumar las once cancelaciones y 310 salidas con retraso del viernes. El Prat se convirtió por obra y gracia de la joven aerolínea en el segundo aeropuerto de todo el mundo por número de incidencias

La imagen, ante el mostrador de información de la compañía, no ha variado a lo largo de la semana pero se ha acentuado con la llegada del fin de semana y del mes de julio y se resume en interminables colas frente a los mostradores de información de Vueling.

Albert es consultor empresarial. Por su trabajo, precisamente, le toca viajar y lleva una semana peleándose con Vueling. El viernes tenía que volver desde Bolonia y nada más llegar el vuelo ya acumulaba un retraso de casi tres horas. «Me pasó justo la semana antes y ya sabía que era mentira», señala. Es decir, «se dedican a cambiar de hora constantemente para evitar que puedas planificarte y, por lo tanto cancelar el vuelo. Nosotros teníamos que salir a las once de la noche y salimos a las ocho y media de la mañana. Entre medias, el vuelo cambio de hora cerca de veinte veces», apunta.

Para su desesperación y la del resto de viajeros, en Bolonia no hay ni una simple oficina de Vueling, ni siquiera un bar abierto. «Éramos cerca un centenar de reubicados de toda Italia en Bolonia. Con el agravante de que ha algunos les pusieron bus y otros tuvieron que apañarse por su cuenta. La gente que venía de Venecia llevaba 48 horas intentando volver a Barcelona». Albert no duda en calificar la actitud de Vueling de «estafa orquestada». «El hecho de cambiar constantemente la hora del vuelo evita que tengan que ponerte un hotel. Los niños dormían en el suelo del aeropuerto», añade. Además, «así evitan que la gente cancele los vuelos y se busque otra alternativa», lamenta.

Sobre las cinco de la mañana, un grupo de empleados del aeropuerto se apiadó de su situación y abrieron un bar para que pudieran tomar algo caliente. «En ese momento nuestro vuelo desapareció de la pantalla mientras la aplicación de Vueling decía que ya había partido. Mienten constantemente», subraya. Sobre las nueve de la mañana apareció un avión en el aeropuerto, sin marca, con una numeración diferente a la que constaba en el billete. «Nos metieron corriendo, como ovejas», comenta visiblemente molesto.

Oriol, que tuvo que esperar siete horas para poder volar desde Hamburgo hasta Barcelona, explica que le ocurrió algo parecido en Menorca una semana antes. «Nos cancelaron el vuelo y nos dieron hora para otro avión la mañana siguiente. Sin embargo, los empleados de Vueling no tenían confirmación y, de golpe, al cabo de una hora apareció un vuelo de la nada». «Ni siquiera los pilotos eran de Vueling», explica. «En Hamburgo apenas nos dieron un vale por valor de 12 euros, que en aeropuerto alemán apenas te da para nada».

La situación ha llegado a tal extremo que una unidad armada de los Mossos patrulla los alrededores de las oficinas de Vueling para prevenir disturbios. Además, también hay una fuerte vigilancia policial en la zona de facturación de la compañía, donde los pasajeros también tienen que hacer largas colas.

El comité de empresa de Vueling, por su parte, atribuyó a la «nefasta gestión y previsión» de la anterior directiva –hace dos meses la cúpula dejó la aerolínea– el caos operativo que vive la compañía, con cancelaciones y retrasos diarios que afectan a miles de pasajeros, principalmente en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat.El sindicato recuerda que ya hace tiempo que advirtió de la falta de planificación y el posible colapso que se podía producir este año a la vista del crecimiento operativo ilimitado planeado por la empresa. «Lamentablemente fuimos ignorados y la empresa continuó su proyecto de expansión desmedida hasta sus últimas consecuencias, sin solidificar primero las bases de la compañía. El resultado es el presente», denuncia el comité. La nueva directiva de la compañía ha informado a los trabajadores de que está haciendo «todo lo posible» para paliar la situación, añade el sindicato STAVLA, que confía en que las medidas puestas en marcha surtan efecto, «por el bien de nuestros pasajeros y nuestras tripulaciones».

El comité quiso también poner de manifiesto el «ingente esfuerzo» que están realizando los trabajadores de Vueling, «que lejos de realizar una huelga de celo están dando lo mejor de si para intentar salvar el verano, soportando estoicamente y con profesionalidad una situación injustamente heredada».

En un comunicado, el Sindicato de Tripulantes Auxiliares de Vuelo de Líneas Aéreas (STAVLA) negó que estos problemas se deban a una huelga encubierta por parte de los trabajadores, que al igual que los pasajeros, aseguraron, son «una víctima más de la mala praxis empresarial».

El desaguisado de Vueling ha llegado incluso a la Comisión Europea, el eurodiputado Francesc Gambús reclamó a Bruselas que tome medidas ante los retrasos y cancelaciones de los últimos días en vuelos operados por Vueling.En un comunicado, este eurodiputado explicó que ha presentado una pregunta al Parlamento Europeo en la que denuncia la vulneración de derechos en la que ha incurrido Vueling al negar indemnizaciones a cientos de clientes.