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Francisco Villar: «Aún está pendiente el debate sobre el suicidio. Se ha de hablar de ello»

El 10 de septiembre se celebró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio y con motivo de esta efeméride se dieron a conocer las conclusiones del estudio que el doctor Francisco Villar realizó en el marco de su tesis doctoral y que permite señalar qué adolescentes que han intentado suicidarse corren un mayor riesgo de volver a hacerlo

Francisco Villar, psicólogo clínico y experto en conducta suiciida del Sant Joan de Déu
Francisco Villar, psicólogo clínico y experto en conducta suiciida del Sant Joan de Déularazon

El 10 de septiembre se celebró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio y con motivo de esta efeméride se dieron a conocer las conclusiones del estudio que el doctor Francisco Villar realizó en el marco de su tesis doctoral y que permite señalar qué adolescentes que han intentado suicidarse corren un mayor riesgo de volver a hacerlo.

El 10 de septiembre se celebró el Día Mundial de la Prevención del Suicidio y con motivo de esta efeméride se dieron a conocer las conclusiones del estudio que el doctor Francisco Villar realizó en el marco de su tesis doctoral y que permite señalar qué adolescentes que han intentado suicidarse corren un mayor riesgo de volver a hacerlo.

-¿En qué cifras se sitúa el suicidio juvenil? ¿Se ha evidenciado un crecimiento en los últimos años?

-Por debajo de los 19 años, se sitúa en torno a los 60 fallecidos por año en toda España y, pese a que se ha descrito un crecimiento de en torno al 10%, es una cifra que más o menos se mantiene estable.

-¿Cuál es el perfil del joven con conductas suicidas?

-No hay un perfil único de adolescente que hace esta conducta, que no es un trastorno ni una forma de ser. La mayoría de chicos que nosotros tratamos son chicos con problemas de largo recorrido, que son vistos como un desastre, que no acaban de encajar en ningún grupo, que se sienten como una carga para su entorno...; hay un segundo grupo, que representa en torno al 30% de los pacientes, que entraría en el perfil de pacientes con trastornos de salud mental graves; y por último hay un pequeño grupo de chicos que aparentemente tienen buenfuncionamiento, no presentan un trastorno de salud grave y que de forma reactiva a un evento vital estresante hacen la conducta.

-¿Habitualmente son conductas puntuales o existe reincidencia?

-Se podría decir que se trata de una progresión: se inicia empezando a pensar en la muerte como posible salida a una situación determinada y esto va incrementando. Se entiende que hay un proceso decisional hasta que la persona llega a hacer esta tentativa.

En principio, en la mayoría de casos lo que vemos es que, en el momento en el que a estos jóvenes les podemos dar la atención que requieren, el pronóstico es bueno. Pese a ello, hay un 9% de chicos en el periodo ventana de mayor riesgo, quees justo después del alta hospitalaria desde el primer mes hasta los seis meses, que tienden a repetir y esto es lo que hemos identificado en la segunda fase del estudio. Éstos son mayoritariamente chicos con problemas relacionados con trastornos adaptativo de personalidad. Es este grupo, con presencia de autolesiones y asociado con familias que en su seno tienen trastornos de salud mental graves -que pueden dar menos contención familiar- el que está en mayor riesgo de reincidencia. Por lo tanto, estos chicos requieren un mayor seguimiento y planes de seguridad más intensos.

-¿Cuál es al novedad, pues, que aporta el estudio?

-Nosotros, por definición, llegamos tarde porque estamos hablando de una intervención posterior a la primera tentativa de suicidio. Entonces, nuestro objetivo es evitar la reincidencia porque, lo que sí que sabemos es que el principal factor de riesgo de suicidio identificado y descrito en la literatura es el hecho de haber presentado una tentativa autolítica con anterioridad. Poder identificar el perfil de pacientes que tienen más riesgo de repetición nos permite dar más al que más lo necesita.

Hay políticas que son generales para todos los pacientes como la prevención del acceso a métodos y un seguimiento en salud mental, pero la intensidad de ese seguimiento y sus características vienen definidas por el perfil del paciente.

-Entonces, a partir de la identificación este perfil con mayor riesgo de reincidencia, ¿cómo debe afrontarse la atención en torno a las tentativas de suicidio?

-Antes, se asociaba la tentativa de suicidio a la depresión y las intervenciones estaban orientadas a tratar los síntomas depresivos. Sin embargo, al identificar este grupo de chicos con un mayor riesgo de reincidencia podemos pensar más en otro tipo de tratamientos que podrían incidir en la prevención de la repetición en la adolescencia y esos serían tratamientos orientados a abordar trastornos de personalidad.

-¿Y cómo debe ser esa atención a un paciente con alto riesgo de reincidencia?

-El Código Riesgo Suicidio implantado en Cataluña es una herramienta que nos permite hacer una vinculación inmediata, porque hasta ahora el paciente llegaba a unas urgencias con un intento de suicidio, se le mandaba a su centro de salud y había que seguir todo un proceso para poder tener la primera visita, Todo esto, ahora mismo, se hace de forma automática. Cualquier persona que venga con un intento de suicidio tiene, en le caso de ser adolescente, una visita de seguimiento en salud mental en los tres próximos días. En esta intervención, se realiza una primera atención y también se trabaja con la familia para que tenga una actitud adecuada en lo que se refiere al abordaje de esta situación. Si además el paciente forma parte del perfil con un mayor riesgo de reincidencia, entonces los tratamientos han de ser un poco más intensivos y en este sentido, se recurriría a una hospitalización parcial o de díao incluso un a ingreso en la unidad de agudos.

-¿Cabría pensar que por ahora no ha sido efectiva la atención en salud mental a estos jóvenes?

-Hay infinidad de cosas que nos quedan pendientes. El debate en torno al suicidio, ya sea por miedo o por temor al efecto contagio, aún está pendiente de hacerse.

Nosotros ya llegamos tarde porque vemos al chico que ya lo ha hecho y ya está en alto riesgo de suicidio; lo ideal sería trabajar para que ni siquiera se produzca la primera tentativa de suicidio, intervenir antes, y en esto aún tenemos mucho margen de actuación y mucho que hacer.

Entiendo que hacer prevención del suicidio, su abordaje, es una cosa incómoda y que tiene además un riesgo por el efecto contagio, pero se ha de hablar de ello. De alguna manera, el debate de la muerte o la eutanasia de alguna manera ha de tener que ver con la prevención del suicidio, sin ser lo mismo. La persona que piensa en morirse tiene derecho a poder hablar de ello, tener la oportunidad de tener un diálogo.