Gràcia hará unas fiestas políticas

Artur Mas suma otro aliado, alegre y popular, en su camino hacia la consulta: la fiesta mayor de Gràcia. Así lo explicó ayer Ricard Major, presidente de la Fundación Festa Major, en la presentación de la tradicional cita barcelonesa, que tendrá lugar del 15 al 21 de agosto. Junto a la concejal del distrito de Gràcia, Maite Fandos, Estruch anunció que la entidad se ha adherido al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, la plataforma que constituyó el Govern a finales del pasado mes de junio con el objetivo incluir a la sociedad civil en la promoción de un referéndum de autodeterminación para Cataluña.

El pasado 20 de abril, la Fundación Festa Major fue premiada por la Generalitat con la Creu de Sant Jordi. Un mes y medio más tarde, el 11 de junio, el presidente de la Generalitat invitó a un almuerzo en Palau al comité de dirección de la citada entidad. «Una comida del todo entrañable y desprovista de todo tipo de rigor protocolario en la que hablamos de la fiesta mayor y del delicado, y a la vez ilusionante, momento político y social en el que está inmerso nuestro país, entre otros temas», expuso entonces la entidad en su página web como resumen del encuentro.

Ahora, la fundación ha querido dar un paso más y adherirse al pacto soberanista del que Estruch se mostró «orgulloso». Además, durante los festejos están previstos varios actos de ensalzamiento del independentismo. Así, el 18 de agosto formarán una «estelada» gigante con el encendido de 6.000 velas en la calle Pi i Margall. Dos días más tarde, y a instancias de la Asamblea Nacional Catalana, se organizará una cadena humana que tratará de conectara varias plazas del barrio de Gràcia y que servirá de prueba para la que esta asociación tiene prevista realizar el próximo 11 de septiembre con motivo del primer aniversario de la marcha soberanista.

Relevo en la organización

Tras las fiestas, Estruch dejará la presidencia de la Fundación Festa Major. Así lo anunció en el desglose del programa de actos del que está considera como uno de los eventos estrella del agosto barcelonés y al que, además de los propios vecinos, acuden muchísimos turistas. Aunque Estruch podría permanecer en el cargo hasta 2016, consideró que «se han de afrontar nuevos retos y no me siento capaz» por lo que decide dejar paso a «gente joven».