Barcelona
Iceta evita a Susana Díaz en la campaña del 21-D
El PSC alude a «problemas de agenda» para explicar la ausencia de la presidenta de la Junta de Andalucía en la carrera de los socialistas a la Generalitat.
El PSC alude a «problemas de agenda» para explicar la ausencia de la presidenta de la Junta de Andalucía en la carrera de los socialistas a la Generalitat.
Miquel Iceta se lanzó a estas elecciones como el abanderado de la transversalidad, algo que otros candidatos pudieron o quisieron replicar también –ERC o JxCat son algunos ejemplos–. El primer secretario del PSC configuró una lista en la que quería integrar a figuras de distintos perfiles ideológicos para proyectarse como la mejor opción para recoser las heridas que ha generado el «procés». Pero lo cierto es que este enfoque ha tenido diferentes gradaciones, constatable en los puestos asignados a cada una de las incorporaciones que ha hecho Iceta: mientras el antiguo secretario general de Unió Ramon Espadaler será el número 3, el vicepresidente de Sociedad Civil Catalana, Àlex Ramos, ocupará un lugar testimonial en la candidatura, sin apenas opciones de ser diputado.
De esta manera, el líder socialista prioriza reforzar el perfil catalanista del partido, intención que también ha quedado reflejada en la estrategia de campaña, dejando sin presencia a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, pese al amplio colectivo de andaluces que hay en Cataluña, donde el PSC siempre ha tenido un gran nicho de votantes. Y es que ahora Iceta, abrazando la «sociovergència», pone la atención en la bolsa de votos que representaba Unió –unos 100.000– y eso ha contribuido, junto a la distanciada relación que mantiene con Díaz tras las primarias del PSOE, a impedir una costumbre en las campañas electorales de los socialistas catalanes como era la de desembarcar al presidente/a de Andalucía.
El PSC, sin embargo, maquilló esa versión y fuentes del partido, atribuyeron la ausencia de Susana Díaz a «problemas de agenda». Argumentaron, además, que «han participado todos los dirigentes del PSOE que han querido participar». El último en hacerlo fue el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, que el martes protagonizó en un mitin. No obstante, esta circunstancia se ha convertido en munición para el PP, cuyo presidente andaluz, Juanma Moreno, que estuvo ayer junto al candido, Xavier García Albiol, en el Prat de Llobregat (Barcelona), acusó a Iceta de no «dejar venir» a Díaz a la campaña, porque el «Partido Socialista no dice lo mismo en todos los rincones de España».
Y es que la presidenta andaluza es la punta de lanza de los críticos más acérrimos del PSOE con el independentismo –muy asociada también a la bendición de todas las propuestas que ha impulsado el PP para acabar con el «procés»–y goza de poca simpatía en Cataluña, como se demostró en las pasadas primarias que encumbraron a Pedro Sánchez a la secretaría general. Entonces, Díaz logró un escaso 12 por ciento de apoyos, por un 82 por ciento de Sánchez, y en la federación del Baix Llobregat, significativa por el colectivo de andaluces que residen allí, sufrió una derrota colosal, lo que alivió a los dirigentes del PSC que auguraban nubes negras si ganaba la líder andaluza.
En todo caso, Iceta sigue haciendo campaña y tratando de mostrar su perfil presidenciable y sus ganas de tender puentes con el mundo soberanista. Ayer levantó cierto revuelo porque aseguró que si los exconsellers o los líderes de ANC y Òmnium finalmente fueran condenados a prisión podría remetirse su pena. «Si se produjera ese escenario (pena de cárcel), es obvio que una de las posibilidades sería la concesión de indultos; no se puede descartar, se debe tener presente», dijo. Iceta, de todos modos, pidió «no dar por hecho condenas que no se han producido». Ciutadans reaccionó con indignació a la idea del líder del PSC. «¿Desde cuándo no se penaliza la sedición, el golpe de Estado?», dijo Juan Carlos Girauta.
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