Sociedad
Josep Ventura: «La funeraria que plantea el Ayuntamiento es inviable»
Para el director general de Áltima, «el estudio de la OCU que utiliza Barcelona para sus previsiones económicas es muy dudoso»
Ventura explica que "nuestro tanatorio en la ronda de Dalt tardó siete años en ver la luz y tenemos otro encallado, unos velatorios en Barcelona, desde hace cinco años, mientras que el Ayuntamiento quiere tener su funeraria lista en 2019. Todo muy dudoso".
-La política municipal funeraria está viviendo un momento intenso con el anuncio de una nueva empresa pública y los cambios en las ordenanzas. ¿Era necesario?
-Las ordenanzas son de finales de los noventa. A nivel normativo, los servicios funerarios son servicios públicos, pero el gobierno de Aznar liberaliza el servicio y da potestad a cada ayuntamiento para organizarse. La Generalitat aprovechó para organizar su propia normativa delegando, eso sí, la última palabra a los ayuntamientos. En aquel momento esas ordenanzas que comenzaron a implementarse eran muy restrictivas. Hasta que en 2010 comenzaron a realizarse cambios legislativos, con una normativa europea de por medio, para suavizar las condiciones. Se modifico la ley catalana pero los ayuntamientos como Barcelona se lo tomaron con mucha más calma. Y así seguimos.
-La nueva funeraria, por lo tanto, es independiente de una nueva ordenanza o de la directiva europea.
-Exactamente. El Ayuntamiento liga una cosa con la otra pero lo cierto es que son dos cuestiones independientes.
-Esas condiciones tan elevadas han sido un impedimento para la llegada de nuevas empresas funerarias, ¿por qué?
-Eran unas condiciones muy restrictivas para asegurar un servicio de calidad. Se exigía una inversión muy importante en forma de, por ejemplo, velatorios, número de vehículos o de personal. La directiva europea, por lo tanto, cambiaba el panorama.
-¿Por qué el Ayuntamiento aboga por una nueva funeraria si con cambiar la normativa es suficiente?
-Quizás por un tema ideológico, como ya ha ocurrido en otros sectores con este Ayuntamiento, más que por necesidades del mercado. Al fin y al cabo, en su día ya tuvo uno empresa y se deshizo, salvo un 15 por ciento, de ella. Ellos basan esta decisión en un informe de la OCU que para nosotros tiene muy poca rigurosidad. De hecho, a nosotros ni nos consultaron. No se definió, por ejemplo, un estándar de servicio, sino que se compararon servicios de toda España, sin tener en cuenta las particularidades. La encuesta, además, se hizo telefónicamente. Una serie de cosas, en definitiva, poco rigurosas. Por ello, creemos que lo más lógico era modificar la ordenanza y esperar a ver el resultado. Al fin y al cabo, el Ayuntamiento tiene mecanismos punitivos para intervenir.
-¿Cuántos operadores funerarios hay en Barcelona y alrededores?
-Tres en Barcelona y otras seis o siete en el área metropolitana que realizan servicios en la ciudad. Por lo que hay opciones suficientes como para evitar que un operador público distorsione el mercado.
-Ustedes ponen en duda la viabilidad económica de una eventual funeraria pública.
-A no ser que tengan un informe propio que a nosotros no nos hayan enseñado, el estudio de la OCU es dudoso. A nosotros nos atribuye un 15 por ciento de la cuota de mercado cuando tenemos un 24. Eso ya es un error que contamina muchas de sus hipótesis de análisis de viabilidad. Deberían replantearse su plan. Dicen que bajaran un 30 por ciento las tarifas sobre premisas erróneas. Según la OCU, el precio medio de los servicios funerarios es de 6.500 euros, pero según nuestros cálculos es de 3.100 euros. Difícilmente van a rebajar preciso sen que la calidad se vea afectada. La funeraria, tal y como la plantea el Ayuntamiento, es inviable.
-No deja de ser sorprendente las prisas del Ayuntamiento con la funeraria. Quieren tenerlo todo dispuesto en 2019.
-Sin duda. Nuestro tanatorio en la ronda de Dalt tardó siete años en ver la luz y tenemos otro encallado, unos velatorios en Barcelona, desde hace cinco años, mientras que el Ayuntamiento quiere tener su funeraria lista en 2019. Todo muy dudoso. El solar de Montjuïc en el que quieren hacer la instalación está en una zona verde, por lo que tendrán que cambiar el Plan General Metropolitano. También habría que estudiar la ley de carreteras por su proximidad con la Ronda Litoral. Son las ventajas de ser juez y parte. Pero dos años parece muy poco tiempo.
-¿Se plantean acudir a la Justicia?
-Absolutamente. Hemos presentado alegaciones a la nueva ordenanza, que se llevará al pleno del 31 de marzo. Si vemos que el Ayuntamiento sigue adelante, nos plantearemos un contencioso. Es un atropello en toda regla.
-¿Qué ocurre con los crematorios?
-Es un monopolio municipal. Los cementerios son públicos, pero la actividad de crematorio no se considera pública. Cualquier empresa podría establecer una siempre que cumpliese con la legalidad urbanística vigente. En Barcelona, sin embargo, los crematorios solo pueden estar en los cementerios. A nosotros nos fue imposible instalar un crematorio en el tanatorio de la ronda de Dalt. Por otro lado, los cementerios son una empresa con beneficios suficientes, 2,8 millones de euros, que permitiría rebajar los precios de los servicios funerarios bajando las tarifas de cementerios y crematorios. Es contradictorio acusarnos de oligopolio cuando ellos tienen una situación de monopolio.
-¿Y la directiva europea en esto no entra?
-Veremos que hace el Ayuntamiento con la ordenanza. Si mantiene esta restricción, la atacaremos.
-¿Cuántas muertes al año en Barcelona? ¿Es una cifra estable?
-Unas 16.000 anuales. Y es bastante estable. Quizás aumenta un año pero al siguiente se compensa. De hecho, el Ayuntamiento asegura en el estudio que aumentará pero tampoco nos lo creemos. Claro que en Barcelona está envejeciendo la población, pero hay otros factores, como el precio de la vivienda que también influye. Por lo que creemos que seguirá esta tónica por los efectos colaterales.
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