Política

Cataluña

La ANC presiona a los funcionarios para votar a sindicatos soberanistas

La entidad quiere aprovechar las inminentes elecciones sindicales para promocionar a sus allegados.

Imagen de una de las manifestaciones independentistas impulsadas por la ANC
Imagen de una de las manifestaciones independentistas impulsadas por la ANClarazon

La entidad quiere aprovechar las inminentes elecciones sindicales para promocionar a sus allegados.

El independentismo civil sigue haciendo esfuerzos por tratar de adquirir mayores cotas de poder e influencia en áreas más resistentes a la infiltración del «procés», pero también importantes para consumar la secesión. Es el caso del ámbito sindical, donde la representatividad de las organizaciones separatistas es mínima, un escenario que la Asamblea Nacional Catalana espera revertir en las próximas semanas en el amplio ciclo electoral que se avecina: hasta 200.000 empleados públicos están llamados a las urnas para escoger a sus delegados.

Según las últimas cifras disponibles en la Conselleria de Trabajo, el sindicato que más promoción ha recibido por parte del independentismo, la Intersindical-CSC, solo dispone de 251 representantes sindicales de los 48.392 que hay en Cataluña –el 0,51 por ciento–. Algo más, eso sí, que en 2015, cuando disponía de 223 representantes de los 46.605 que había en Cataluña. Una cifras, en todo caso, muy alejadas de los principales sindicatos, CC OO y UGT: el primero alcanza casi la mitad de la representatividad con 20.475 delegados sindicales –un 42,31 por ciento del total–, mientras que el segundo tiene 19.167 –un 39,61 por ciento del total–.

Para dar un giro a esta situación, la ANC ha activado todos sus resortes. La entidad que preside Elisenda Paluzie ha pedido a los funcionarios –a través de un correo electrónico– que voten a listas sindicales independentistas. «Consideramos que estas elecciones son muy importantes para que el independentismo esté presente en todos los rincones», asegura el mensaje remitido y añade: «Es importante tener un sindicalismo que defienda las instituciones públicas, se oponga firmemente a los recortes en los servicios públicos y que defienda sin reparos los derechos y libertades». «Octubre de 2017 nos dejó un aprendizaje claro: debemos de tener representación independentista en todos los sitios para ser leal a la voluntad del pueblo de Cataluña», zanja, en un correo sellado por el Secretariado de la ANC.

En este sentido, en la retina del independentismo está vigente el fiasco de la huelga general del 21 de febrero. A pesar de contar con todo el aparato mediáitico e institucional de la Generalitat, la huelga, convocada por la Intersindical y secundada por diversos sindicatos minoritarios –CC OO y UGT se desmarcaron–, se saldó con escaso seguimiento, más allá de los múltiples incidentes provocados por los CDR en diversos puntos de Cataluña, que generaron mayor caos. Con esta maniobra, la ANC y el independentismo buscan ahora lanzarse a por el control del ámbito sindical, aunque no lo tendrán fácil. De forma inmediata, CC OO de Cataluña emitió una respuesta a través de las redes sociales, en el que se reivindicaban como un sindicato «plural con diferentes visiones sobre el proceso de autodeterminación» y advertían que «los y las independentistas de CC OO formaremos parte de las listas de CC OO a las diferentes elecciones sindicales».

El calendario electoral en marzo es nutrido: el 6 de marzo, 30.000 personas del personal de administración y técnico, bomberos y agentes rurales; el 11 de marzo, 17.000 Mossos d'Esquadra; el 12 de marzo, 80.000 personas del personal docente no universitario, y el 26 y 27 de marzo, 80.000 personas más del personal del Institut Català de la Salut.