Cataluña

La CUP duda del Govern y lo obliga a ratificar su desafío por la independencia

Los anticapitalistas plantean una hoja de ruta alternativa con referéndum, elecciones y DUI

Albiol y Puigdemont se enzarzaron por quien es responsable de que las agencias rebajen la deuda de Cataluña
Albiol y Puigdemont se enzarzaron por quien es responsable de que las agencias rebajen la deuda de Cataluñalarazon

Los anticapitalistas plantean una hoja de ruta alternativa con referéndum, elecciones y DUI.

En la sesión de control más anodina del último año, Carles Puigdemont dejó entrever en sus respuestas que hay dos cosas que le preocupan, la situación de las finanzas del gobierno catalán y recabar los apoyos para aprobar los presupuestos. Puigdemont no tiene la seguridad de que la CUP vaya a respaldar sus presupuestos igual que la CUP duda del compromiso de Junts pel Sí con la hoja de ruta soberanista, después de que se vuelva a hablar de referéndum, soberanía fiscal y de que convergentes como Andreu Mas-Colell consideren un error fijar la independencia en 18 meses.

Los anticapitalistas también hablan de referéndum. Aunque en su caso, introducen modificaciones a la hoja de ruta pactada con Junts pel Sí para desencallar la investidura. Ayer presentaron una propuesta en la que hablan de un referéndum múltiple para que los catalanes se pronuncien antes de las elecciones constituyentes acerca los siete ámbitos sobre los que creen que se debe construir el nuevo estado independiente. A posteriori, convocarían unas elecciones constituyentes y si las fuerzas soberanistas logran imponerse, interpretan que tendrán el mandato para aprobar una declaración unilateral de independencia. Coinciden con Junts pel Sí en someter a consulta la constitución que se redacte tras estas eventuales elecciones constituyentes.

Aunque hablan de referéndum, en ningún caso se plantean rebobinar a la pantalla de la consulta legal y acordada que defiende, por ejemplo, Podemos. En cambio, no piensan lo mismo de Junts pel Sí. Por eso, los anticapitalistas interpelaron a la coalición del Govern sobre su compromiso con la hoja de ruta soberanista. A lo que Neus Munté replicó que su compromiso es «inalterable» y que «no le temblarán las piernas».

Junts pel Sí respondió a las dudas que tenía la CUP, pero la CUP no confirmó a Puigdemont si avalará sus presupuestos. Pese a que los anticapitalistas firmaron un acuerdo de estabilidad parlamentaria, cuando el vicepresidente económico, Oriol Junqueras, avanzó el esbozo de las cuentas de 2016, Anna Gabriel advirtió de que no iba a respaldar esos números si no se introducían cambios para paliar emergencias sociales. El departamento de Economía está en ello. Pero mientras llega la confirmación de la CUP, Puigdemont explora otros acuerdos. Aprovechó la réplica al PSC y Catalunya Sí que es Pot para lanzarles un SOS. «No es lo mismo tener presupuestos que no tenerlos», respondió a Lluís Rabell, cuando le pidió celeridad para desplegar los acuerdos del pleno de la pobreza que se celebró la semana pasada.

Al margen de intentar buscar aliados a sus presupuestos, Puigdemont volvió a reivindicar la gestión de los impuestos que se pagan en Cataluña. Por esto se enzarzó con el presidente del grupo parlamentario del PP, Xavier García Albiol, preocupado por que las agencias de calificación sitúen a Cataluña en impago. Albiol sacó pecho por el «trabajo» que está haciendo el Gobierno en funciones del PP para evitar que S&P no degrade la deuda de 72.000 millones de la Generalitat a «impago selectivo».

Puigdemont se defendió con números y el mismo argumento de siempre, tras denunciar por enésima vez el ahogo que el Estado somete a la Generalitat, reivindicó que si el Gobierno nos da la capacidad de recaudar los impuestos que generamos, Cataluña dejará atrás del paisaje apocalíptico que describe el PP. Un paisaje que bien podría ser el de España. La deuda de Cataluña es del 33 % de su PIB, la de España roza el 100 %.