Hacienda
La Hacienda catalana busca personal
El Govern aprueba un decreto para facilitar la movilidad de trabajadores y triplicar la plantilla de la Agencia Tributaria
No hay estructura de estado de mayor importancia que la Hacienda para cualquier país del mundo. Sin contribuyentes no hay Estado. Así ha sido desde los siglos XVI y XVII, cuando se sentaron los cimientos del Estado moderno. Los soberanistas catalanes, conscientes de ello, pusieron en marcha hace dos años Tributs de Catalunya, una agencia sin apenas contenido cuyo principal objetivo era la recaudación de los impuestos locales de las diputaciones. El Govern de CiU lo presentó como el embrión de la futura Hacienda catalana. Y el Govern de Junts pel Sí heredó el embrión con la misión de desarrollarlo.
En este contexto hay que enmarcar el decreto aprobado ayer por el Govern para facilitar la reclutación de personal para la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC). «El Govern pretende potenciar la promoción de los funcionarios y captar a nuevos ante el incremento de plantilla esperado», explicó el propio ejecutivo catalán. No es la primera medida que toma la Generalitat para dotar de más personal a la ATC, aunque en ocasiones ha fracasado debido a la rigidez de los regímenes de personal en la administración pública.
Los promotores de la Hacienda catalana –con el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, a la cabeza– tienen el objetivo de triplicar los trabajadores de la ATC, que cuenta actualmente con unos 350 empleados y que el departamento de Economía aspira a situar en 900 personas a lo largo de esta legislatura, de 18 meses de duración.
El objetivo, a medio plazo, es mucho más ambicioso, ya que los informes redactados por el Consejo Asesor de la Transición Nacional (CATN) consideran que serían necesarios unos 7.000 empleados para que la Hacienda catalana funcionara a pleno rendimiento. Su coste de funcionamiento alcanzaría los 400 millones y su recaudación potencial sería de 70.000 millones, añaden sus estimanciones.
Pero el desarrollo embrionario está muy lejos de estas cifras por el momento. La Generalitat quiere asumir la recaudación ejecutiva y la liquidación de los impuestos propios y cedidos, y en las próximas semanas prevé convocar 40 plazas para acceder al cuerpo técnico de gestores tributarios de la ATC.
En paralelo, la Generalitat ha encargado el desarrollo de un «software» informático, denominado Espriu, para asumir la gestión de todos los impuestos, un proyecto que está desarrollando IBM y que puede acabar costando unos 100 millones de euros, según reconocía hace unos días el secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó.
Hay una clave que a nadie se le escapa y es que la Generalitat necesita primero obtener la información de los contribuyentes de Cataluña antes de soñar con una verdadera Hacienda catalana. Para ello las administraciones soberanistas ya han tomado algunas medidas, en particular en relación a sus trabajadores públicos. Los más de 4.000 trabajadores de la Diputación de Barcelona recibieron, por ejemplo, en el mes de diciembre un «e-mail» de la secretaria general de la institución en el que les informó que el IRPF que devengan sus nóminas pasaba a pagarse a la ATC y que esta se encargaría de traspasar el dinero a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).
La maniobra desató las suspicacias de los sindicatos y de los partidos que se oponen a la independencia. Temen, por una parte, que los trabajadores puedan sufrir multas y temen, por otra parte, que este sea el paso previo para recaudar información y luego proceder a la desconexión.
LAS CLAVES
Estructuras de estado. Ninguna iniciativa tiene tanta importancia en la creación de estructuras de Estado como la puesta en marcha de una Hacienda catalana.
Medios humanos. La Agencia Tributaria Catalana se halla en una fase embrionaria con 350 empleados. El Govern aspira a triplicar el personal a lo largo de esta legislatura.
Contribuyentes. El Govern quiere tener más información de ciudadanos y empresas para poder realizar «la desconexión» llegado el momento.
La ley. La Agencia Tributaria Catalana puede hacer de intermediaria entre los contribuyentes catalanes y la Hacienda española.
Críticas a las estructuras de Estado
El portavoz de C’s en el Parlament, Carlos Carrizosa, lamentó ayer que el Govern legisle para ampliar la administración en el apartado de la Agencia Tributaria catalana y pidió que, si quieren reformarla, la hagan más simple y que la mantengan vinculada a la Agencia Tributaria del Estado. «Lamen- tamos que se amplíe la administración para lo que parecen ser estructuras de estado que no tiene incardinación clara con la agencia tributaria española», dijo Carrizosa, que emplazó al Govern a reformar la agencia tributaria catalana para acercarla a la ventanilla única que proponen en su programa.
✕
Accede a tu cuenta para comentar