Conflictos laborales
La huelga de Metro pone a prueba la movilidad durante el Mobile Congress
Hoy y el miércoles el suburbano funcionará al 50% en hora punta y al 30% el resto de la jornada
No hay vuelta atrás. Después de un intenso fin de semana de negociaciones, el primer Mobile World Congress (MWC) de Colau estará marcado por la huelga de transportes, a pesar de su mediación entre la dirección de TMB y la plantilla. Hoy y el miércoles, el Metro estará parado las 24 horas y sólo mantendrá unos servicios mínimos del 50% en hora punta y del 30% el resto de la jornada. En el caso del autobús, sus trabajadores han convocado paros martes y jueves, en este caso parciales, con unas afectaciones al servicio de dos horas por turno.
Una situación que hasta el último momento se ha querido evitar desde la administración local y autonómica. Después de que el encuentro entre el comité de huelga y la alcaldesa diese resultados nulos, el Govern decidió intervenir para buscar un acuerdo «in extremis» que permitiese desencallar la situación. El sábado, durante más de nueve horas, la cúpula directiva de TMB y sus sindicatos estuvieron acercando posturas lanzando ofertas y contraofertas bajo la mediación del departamento de Trabajo de la Generalitat. Pero finalmente, a la una y media de la madrugada, el comité de huelga decidió levantarse de la mesa y dar por rotas las conversaciones ante lo que consideraron «una provocación». Según su portavoz, Óscar Sánchez, la dirección planteó que la única manera de encontrar una solución pasaba por «negociar un convenio para los próximos tres años», una oferta que colmó la paciencia de los representantes de los trabajadores. «Es una vergüenza», remachó Sánchez, «llevamos cinco meses intentando pactar uno nuevo y no se puede pretender sacarlo adelante en una noche». Una versión que horas más tarde negó Ada Colau.
Ayer, en una rueda de prensa que ofreció junto a la presidenta de TMB, Mercedes Vidal, la primera edil calificó de «desproporcionada» la decisión de los trabajadores de romper la negociación e ir a la huelga, porque «había material suficiente» para desconvocarla. Recordó, además, que no se ha llegado a este punto porque TMB «planteara recortes ni despidos», sino porque la plantilla ha considerado «insuficientes» las ofertas «de máximos» que la empresa les ha planteado.
Unas declaraciones inauditas para CGT, el sindicato mayoritario de Metro. No comprenden cómo la alcaldesa se ha puesto de lado de TMB y ha terminado «criminalizando» a sus trabajadores al afirmar que ceder a sus pretensiones equivaldría a «empeorar el servicio o aumentar las tarifas». Pero, sin duda, la mayor afrenta vino provocada por Vidal, cuando les demandó «responsabilidad» con sus pretensiones de salario. Recordó que la plantilla tiene un sueldo medio de 33.000 euros y que el incremento de 150 euros mensuales durante el primer año y otros 150 durante el segundo que ambicionan, es «inasumible» para una empresa pública que tiene recursos limitados, y más en crisis. El sindicato se limitó a contestar a través de Twitter con la tabla salarial de los miembros del consejo de dirección de TMB: 97.000 euros al año a los que se suman complementos de 13.000 euros de media.
Al margen de los reproches entre las partes, lo cierto es que las 100.000 personas que visitarán la ciudad no podrán disfrutar de uno de los mayores atractivos de esta edición del Mobile y una de las demandas de los organizadores del congreso: la recién inaugurada L9 de Metro, que conecta la Zona Universitaria con el Aeropuerto y tiene una parada en la Fira.
CGT, el sindicato mayoritario de Metro denunció el cambio de actitud que ha sufrido Colau al hacerse con la vara de mando. Y lo hizo recuperando un tuit que publicó la alcaldesa en 2014, cuando era activista de la PAH: «TMB, empresa municipal opaca que en lugar de reducir directivos, sube tarifas», denunciaba entonces.
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