Literatura
La invasión de los dragones
¿Por qué existen representaciones de dragones tanto en culturas occidentales como orientales? Sólo hay dos explicaciones posibles, los dos vieron en su tierra alguna especie de fósil de dinosaurio y empezaron a alucinar o, la más problable, existieron y no hay más que hablar. Claro que hay diferencias muy marcadas entre los dragones de occidente y oriente. Los primeros son cocodrilos aladas que lanzan fuego por la boca, destruyen poblados y comen princesas. Algo terrible. Vamos, incluso en la Biblia, en el libro de las Revelaciones, se describe a Satán como gran dragón. Por su parte, los orientales suelen ser grandes serpientes de agua que también vuelan pero son benévolos y sabios y poderosos aliados del hombre amante de la naturaleza. Eso sí, sino la ama...
El Salón del Manga, que regresa a la Fira de Montjuïc del 29 de octubre al 1 de noviembre, quiere estudiar estas diferencias en la exposición «Dragones de papel: entre oriente y occidente». A partir de ilustraciones originales, diferentes páginas de comics y mangas, incluso una selección de fotografías que ilustran la presencia del dragón en las calles de Barcelona.
La base para marcar la diferencia entre unos y otros se realiza a partir de dos dragones muy famosos. Por un lado, el sabio y concededor de deseos de «Bola de Drac» y por otro la némesis de Sant Jordi, caballero heróico que salva a la princesa de ser devorada por el dragón. Lo mata, por supuesto, mientras los familiares de sus viejas víctimas lloran y gritan: «¡Ahora!». Aunque las diferencias a veces no son tan claras y la intoxicación entre unas y otras ha hecho que cada vez sea más difícil medir las diferencias. Ya en la antigua Roma los dragones eran símbolos de sabiduría, mientras que en el oriente próximo se habla de la diosa Tiamat, una mala bestia con forma de dragón que destruía civilizaciones para poder reconstruír un nuevo orden nuevo, algo así como la CUP, según opinan algunos.
La exposición contará, por ejemplo, con ilustraciones originales de «Danza de dragones», de la serie «Canción de hielo y fuego», de George R. R. Martin, que presenta a las criaturas de Daenerys Targarien, Drogon, Viserion y Rhaegel. Además, habrá páginas y originales de mangas como «Toriko», «Inuyasha», «Saint Seiya», «Naruto», «Magi» o «Bastard». Y por supuesto una buena representación de los grandes dragones de occidente.
El más popular y de mayor actualidad es Smaug, que Peter Jackson convirtió en estrella de cine en la adaptación de «El hobbit». Aquí tenemos una criatura enorme, pero inteligente, astutoto y hablador. El propio George R. R. Martin aseguró que Smaug acabaría con su Drogon con sólo pestañear.
Después están los dragones de la gran Anne McCaffrey, sobre todo su novela de 1969 «El vuelo del dragón», auténtica obra maestra de la fantasía. Aunque el mejor dragón y el más divertido es el de la escritora infantil Esther Nesbit, la primera en poner elementos fantásticos en la realidad cotidiana y que inspiró a J. K. Rowling, P. L. Travers y C. S. Lewis, entre otros. En «El último de los dragones» nos presenta a un especímen, el último del mundo, que harto de pelear con príncipes decide convertirse en la mascota de la princesa. Y no sólo eso, como le gusta beber petroleo, pide al rey que lo convierta en avión.
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