ONG

La lección de un niño

La Razón
La RazónLa Razón

Mi hijo Pepe se encontró en la calle un billete de 50 euros. Comprendo que esto no sea noticia para nadie, pero sí la lección que de él aprendí y comparto con ustedes. Pepe el próximo día 13 hará la Primera Comunión y en su colegio le dan a los niños una hucha para recoger dinero para una fundación de la Escuela Teresiana que hace una magnífica labor social y docente en América del Sur.

Pepe, a sus nueve años, sueña con ser futbolista del Español y su máxima preocupación es jugar con sus amigos, Lluís, Jacobo, Guille, Xucli etc, auténticos trastos como deben ser los niños de su edad. Al revés que su hermana Maribel cuando hizo la comunión, Pepe no nos ha perseguido para que le pongamos dinero en la hucha. Ya se sabe, las mujeres más prácticas saben siempre cómo conseguir sus objetivos, así que Maribel ya se preocupó de que su hucha no estuviese vacía.

Pepe un día vio su hucha y recordó que en ella había apenas unas monedas que él mismo puso, así que alborozado cuando se encontró el billete pensó en los niños pobres y sin dudarlo un instante actuó en consecuencia. Cuando le pregunté ¿qué has hecho con los 50 euros?, con toda naturalidad dijo que los había metido en la hucha para los niños pobres y siguió soñando en su Play Station que el Español ganaba en el Camp Nou. Y yo me quedé pensando, ¿orgullo de padre ante la pasmosa naturalidad de la reflexión?, tal vez el mismo que cuando Maribel me pedía para su hucha no para ella. Luego volví a la realidad, puse el Telediario y sentí asco, les di un beso a los dos y otro a Irene, la pequeña, que el año que viene tendrá su hucha y pensé que vale la pena seguir adelante y no perder la parte de niños que tenemos.