Arte, Cultura y Espectáculos
La pintura modernista catalana, al completo
Un libro recoge las mejores obras realizadas en este periodo artístico
Enciclopèdia Catalana acaba de publicar lo que debería ser el museo ideal de la pintura modernista catalana. Eso es lo que podemos encontrar en las páginas de una ambiciosa obra preparada por uno de los mejores especialistas en el tema, Francesc Fontbona, quien se ha rodeado de un equipo formado por estudiosos de las grandes firmas de ese periodo artístico.
«Pintura Catalana. El Modernisme» recoge 70 artistas y 200 obras, algunas rescatadas del olvido por primera vez. El trabajo no ha sido fácil para este voluminoso trabajo que llega al mercado con una edición de 3.000 ejemplares a un precio de 595 euros. Se han tenido que buscar estas piezas en museos de fuera y dentro de Cataluña, así como en varias colecciones privadas. Todo ello permite en un marco temporal que va de 1885 a 1910.
Fontbona, en declaraciones a este diario, comentó que se planteó el libro de la siguiente manera. «Como conocedor de esta época, me pregunté qué haría si fuera el comisario de una gran exposición sobre este tema, todo ello con un relato muy cronológico», dijo. Los nombres escogidos crean un amplio abanico de la creatividad de los modernistas. Como apuntó el mismo Fontbona «vamos desde los más antiguos, a los del pleno Modernismo como Casas, Rusiñol, Junyent o Brull para acabar con los jóvenes, los postmodernistas, como Nonell, Mir, Anglada-Camarasa, acabando con Picasso».
Todo ello le ha permitido también dar a conocer composiciones que han pasado de largo para el gran público, como las pinturas de Llimona que hoy cuelgan en el Palacio de Justicia de Barcelona. Tampoco faltan aquellas que no han vuelto a viajar a Cataluña, como una pintura de Anglada-Camarasa que se conserva actualmente en el Hermitage u otra conservada en una colección privada sueca.
Igualmente no cree que sea una sorpresa la inclusión de Picasso y Casagemas en el volumen. en concreto, del malagueño rememoró que «era uno de los modernos potenciados por Utrillo o Casas. En ese momento no ha ido a París y aprende de la exposición de Anglada-Camarasa en la Parés».
Fontbona cree que la pintura catalana modernista puede jugar en las grandes ligas del arte a nivel museográfico, «aunque otra cosa es que haya calado internacionalmente. Por ejemplo, cuando se habla fuera de Nonell se dice de él que es el precursor del Picasso azul. Es mucho más que eso porque en París llega a exponer en la galería de Ambroise Vollard. Tampoco se puede olvidar el caso de Anglada-Camarasa, un pintor admirado por Gorki y a quien comproba obra Serguéi Diáguilev, el creador de los Ballets Rusos».
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