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La Sagrada Familia, el edificio más alto de Barcelona

La basílica anuncia que finalizará sus obras en 2026 pero que en 2022 se convertirá en el edificio más alto de la ciudad con la Torre de Jesucristo

Sagrada Familia de Barcelona / Efe
Sagrada Familia de Barcelona / Efelarazon

La basílica anuncia que finalizará sus obras en 2026 pero que en 2022 se convertirá en el edificio más alto de la ciudad con la Torre de Jesucristo.

El tiempo acerca todas las grandes citas. La Sagrada Familia está preparada para concluir sus más de cien años de construcción y ya toca con los dedos las más altas cimas. Según afirmaron ayer los responsables de la construcción, en octubre se iniciará la proyección de la Torre de Jesucristo, la edificación principal de la basílica, y que convertirá al templo en el edificio más alto de Barcelona. «Representa el universo y la creación», aseguró ayer Esteve Camps, presidente delegado del complejo, que vive con orgullo lo que parece ser la cuenta atrás del mítico edificio proyectado por Gaudí. Tanto es así, que en 2022 calcula que habrá finalizado la construcción de esta torre principal y que en cuatro años más, se podrá dar por concluídos todos los trabajos del recinto.

Según Camps, que lleva un lustro manteniendo la fecha de la última piedra, lo único que quedará por rematar en 2026 será ciertos aspectos decorativos, pero que en su conjunto se podrá dar por concluído esta gigante catedral, con sus diferentes espacios visitables por los más de cuatro millones de visitantes que cada año se acercan al icónico edificio.

Una torre de 172,5 metros

La Torre de Jesucristo se ubica en medio de las cinco torres centrales. Son las cuatro de los Evangelistas y una quinta dedicada a María, todavía en construcción también y que tendrá cerca de 100 metros. El megalómano proyecto incluirá, según recordo su arquitecto director, Jordi Faulí, una torre de Jesucristo que se elevará 172,5 metros del nivel del suelo. Eso sí, hay que tener en cuenta que la torre principal se iniciará a construir a 85 metros de altura, lo que deja claro la dificultad del proyecto. Será la más alta de las 18 torres que conformarán el edificio, y que seguirá con las mismas aperturas triangulares y romboidales que el resto.

Entre las maravillas que conformarán este último tramo de las obras destaca una escalera de piedra en elnúcleo de la torre y un ascensor «de cristal y prácticamente transparente» que se elevará 60 metros para acceder hasta la base de la cruz que la coronará, y que tendrá una base de 18 metros de diámetro que se irá estrechando. El efecto en el visitante pretende ser tan abrumador como espiritual y de reflexión. En su interior estará repleto de elementos cerámicos y vitrales. Por ejemplo, en la base habrá doce imágenes del Evangelio, seguida de una gradación de colores que desembocará en una representación artística del Universo en el último tramo, en la que predominarán los tonos azules y que tendrá en cuenta los conocimientos científicos actuales.

La gradación de colores variará en cada lado de la torre, en función de la fachada del templo al que pertenezca: en el lado de la fachada de la Pasión serán tonos más rojizos, en el de la Gloria más claros, y habrá estrellas en el lado que dé a la torre de María. Además, se representará el Espíritu Santo con una bandada de pájaros, así como la Vía Láctea en un proyecto artístico encabezado por el escultor jefe del templo, Etsuro Sotoo. «Somos herederos del proyecto de Gaudí», aseguró Faulí ante las críticas de que el edificio acabado perdería la esencia gaudiana. Por último, la cruz, todavía en fase de diseño, también será accesible al público.