Atentado en Barcelona
La Sagrada Familia se blinda como el Vaticano
Los responsables de la basílica admiten que en 2017 se perdieron más de 34.000 visitantes.
Los responsables de la basílica admiten que en 2017 se perdieron más de 34.000 visitantes.
Muchas de las principales atracciones culturales de Europa se sienten amenazadas en estos últimos tiempos, debido al terrorismo yihadista, y hay ejemplos, como la Torre Eiffel o el Big Ben, entre muchos otros. Sucede que la Sagrada Familia, principal atracción turística de Barcelona, no es la excepción. El templo perió más de 34.000 visitantes en 2017.
Los responsables de seguridad de la basílica de la Sagrada Familia señalaron ayer que llevaban casi un año estudiando reforzar la vigilancia del templo. Pero el 17 de agosto ocurrió algo inesperado en Barcelona. El atentado mortal en La Rambla de la capital catalana, junto al de Cambrils, causó un total de 16 muertos y docenas de heridos, de los que ninguno sigue en el hospital.
Dos millones
La basílica ha destinado dos millones de euros a mejorar la seguridad del templo. La principal novedad es la instalación de diez arcos detectores de metales, escáneres y doce agentes policiales más, unas medidas que se asemejan mucho a las del Vaticano o a las de cualquier aeropuerto.
Anteriormente, ya se habían tomado algunas medidas en la Sagrada Familia, como la petaonilización de las calles adyacentes, así como un refuerzo importante por parte de los Mossos d’Esquadra.
El nuevo director general de la Fundación de la Sagrada Familia, Xavier Martínez, y el director de seguridad y operaciones del templo, Marc Martínez, dieron a conocer las nuevas medidas, que son efectivas desde el 1 de enero. Reiteraron que son métodos similares a las de los aeropuertos.
La Sagrada Familia recibe cada hora unos 1.500 visitantes, una cifra muy alta. Hasta ahora, y también antes de los atentados el método de control utilizado es el manual, y con sorpresas. Los citados responsables de seguridad explicaron que a través de estos métodos de vigilancia, se encontraron cuchillos y pistolas eléctricas, entre otros artilugios.
De los diez nuevos escáneres, seis se situaron en el acceso al templo de las personas individuales y los otros cuatro al de los grupos, y son suficientes, según los responsables del templo, para absorber la multitud de turistas que cada día acceden a la iglesia y también a los fieles que quieran asistir a una celebración religiosa.
De hecho, el pasado 30 de diciembre se realizó una prueba con la asistencia de más de 2.000 personas a una misa, y el acceso «fue muy bien», aseguró el director de Seguridad.
Las cintas distribuidoras de los visitantes ayudan a ordenar el flujo de los que desean acceder a la Sagrada Familia, si bien ayer un número bastante elevado ocupaba parte de las aceras más cercanas al templo, antes de situarse en las colas.
El nuevo sistema de seguridad no incluye la tecnología del reconocimiento facial o de retina, pero sí se instalaron más cámaras en todo el recinto. Cuando los visitantes llegan al templo con sus entradas, acceden al mismo a través de los accesos de personas individuales o en grupo, donde se encuentran los arcos y escáneres y, desde ahí, deben subir un acceso de escaleras hasta llegar a la puerta del Nacimiento, la única construida en vida del arquitecto Antoni Gaudí. Con el incremento de doce personas más para mejorar la seguridad.
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