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«La seguridad en Barcelona irá a la deriva si no cambia el Consistorio»

El sindicato Csif de la Guardia Urbana acusa a Colau de «no dejarnos luchar contra el incivismo y la delincuencia por falta de recursos materiales y humanos». Reclaman mil agentes más

En la imagen, un acto de promoción de la Guardia Urbana, presidido por la alcaldesa, Ada Colau, en el Ayuntamiento / Foto: Efe
En la imagen, un acto de promoción de la Guardia Urbana, presidido por la alcaldesa, Ada Colau, en el Ayuntamiento / Foto: Efelarazon

El sindicato Csif de la Guardia Urbana acusa a Colau de «no dejarnos luchar contra el incivismo y la delincuencia por falta de recursos materiales y humanos». Reclaman mil agentes más.

El Ayuntamiento de Barcelona anunció recientemente su intención de suprimir la Unidad de Soporte Policial (USP), los antidisturbios de la Guardia Urbana, una decisión que provocó malestar en el cuerpo y protestas de parte de la oposición a la alcaldesa, Ada Colau. No se trata, ni mucho menos, del único problema del que se queja la Central Sindical Independiente de Funcionarios (Csif).

Su portavoz y secretario de Administración Local, Eugenio Zambrano, explica a LA RAZÓN que el cuerpo a Colau de haberles causado la pérdida de seguridad jurídica, lo que conlleva que «ya no tenemos el principio de autoridad, necesario para hacer cumplir las leyes y hacernos respetar». También lamenta la falta de apoyo institucional, y la pérdida de seguridad laboral. Critica que, según dice, «se puede despedir a un agente por discapacidad total».

Uno de los problemas más graves que denuncian es la falta del principio de autoridad, que se traduce en falta de apoyo institucional y en cierta sensación de invulnerabilidad por parte de los infractores. Todo esto compendio de quejas, añade Zambrano, ha metido a la Guardia Urbana en una «crisis, una gran depresión».

«Dentro de esta situación, que es general, porque faltan medios humanos, materiales (armas largas, pistolas táser, lanzadoras), más seguridad en las comisarías, algunas de ellas son muy precarias», denuncia, antes de recordar que lo que pedimos «no es ganar más o tener más días de fiesta, estamos hablando de más seguridad, para los agentes y para los ciudadanos».

Por ello, no entienden cuando el comisionado de Seguridad del Consistorio, Amadeu Recasens, diciendo que quieren modernizar la Guardia Urbana y que sea proactiva. «Desde su fundación, hemos sido proactivos, y nos hemos adaptado a los cambios de la ciudad, pero desde que está Colau no nos dejan ser procativos, lo que queremos es trabajar, combatir el ‘top manta’, reducir el índice de criminalidad, Barcelona es la gran ciudad más insegura de España, queremos combatir el incivismo, los conflictos que hay en el espacio público, pero no nos dejan», lamenta.

Insiste, y asegura que es una visión generalizada dentro del cuerpo, en la falta de recursos humanos y materiales. «Todo es un pez que se muerde la cola, un modelo policial que ha fracasado en Barcelona, dicen que nos quieren modernizar, pero lo único que han hecho ha sido cambiar los uniformes», señala Zambrano.

La Guardia Urbana realiza actualmente el 60 por ciento de las detenciones en Barcelona, por lo que, añade Zambrano, el Ayuntamiento «no puede culpar ni a los Mossos ni a la Generalitat, lo que necesitamos es más personal». El cuerpo tiene ahora 2.700 agentes de este cuerpo, pero consideran que deberían ser 3.800. Antes de 1992, eran 3.400.

«En Barcelona existe un efecto llamada que ha provocado el actual índice de criminalidad de la ciudad, y es en parte por culpa de Colau, por lo que no se puede culpar de ello ni al Gobierno ni a la Generalitat, por culpa de ella y su efecto llamada tenemos problemas como los narcopisos y tantos otros, necesitamos un cambio político urgente, si no iremos a la deriva en la política de seguridad», lamenta.

Respecto a la intención del Consistorio de disolver la USP, el Csif acusó este mes a Colau, de querer una «policía política». De momento, se niegan a negociar la eliminación de los antidisturbios. La alcaldesa dijo que se incorporaron 300 agentes a la plantilla, pero según Zambrano, «no es una política de ampliación de plantilla, sino de reposición». Según el sindicato no se alcanzará la tasa de reposición.

Las claves

Según el sindicato Csif, la gestión de Colau ha provocado un «efecto llamada» por lo que los incívicos se sienten «invulnerables».

La Guardia Urbana de Barcelona tiene ahora 2.700 agentes, pero el cuerpo considera que tendrían que ser 3.800. En más de dos décadas se han perdido 700 efectivos, según los sindicatos.

La capital catalana es de las grandes ciudades de España con un mayor aumento de los índices de delincuencia.