Crisis económica
El 6,5 % de los hogares catalanes pide ayuda para comer y vestirse
El riesgo de pobreza aumenta en el último año, crece en mujeres y mayores de 65 años y baja entre los hombres y menores de 16 años
El riesgo de pobreza aumenta en el último año, crece en mujeres y mayores de 65 años y baja entre los hombres y menores de 16 años.
No por repetirse en uno y otro informe, encuestas y estadísticas, deja de ser noticia que el riesgo de pobreza en Cataluña aumenta, pese a que la economía muestra síntomas de recuperación. En esta ocasión la voz de alerta la da la Encuesta de Condiciones de Vida de 2016 que cada año elabora el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) en colaboración con el INE y la conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. Pese a que la renta media de los catalanes ha crecido un 3,1 por ciento, está pasando lo que tanto temía Antón Costas, ex presidente del Círculo de Economía y Catedrático de Política Económica de la UB: Un tercio de la población podría quedarse en la cuneta de la recuperación económica.
La tasa de riesgo de pobreza, que mide la proporción de personas que tienen ingresos bajos en relación con el conjunto de la población, subió un 0,2 por ciento respecto a 2015. Esto significa que un 19,2 por ciento vive bajo el umbral de la pobreza. Se entiende vivir bajo el umbral de la pobreza que un hogar con una persona ingrese menos de 10.054 euros y en caso de ser dos, 21.114 euros.
Pobreza femenina
Preocupa que la tasa de riesgo de pobreza crezca un 1 por ciento entre las mujeres y disminuya un 0,7 por ciento entre los hombres. También crece la pobreza, un 3 por ciento, en los mayores de 65 años. Tal y como alerta la Mesa del Tercer Sector de Cataluña, que agrupa a 300 entidades sociales, «empieza a pasar factura el apoyo que los mayores han dado con su pensión y ahorros a las familias durante los años más duros de la crisis». Y no deja de ser alarmante que las familias en riesgo de pobreza con ingresos inferiores a los 21.114 euros anuales, formadas por dos adultos y dos niños, hayan crecido un 4 por ciento.
Gracias a la incorporación de nuevas preguntas en la encuesta y a que se ha ampliado la muestra, (3.026 hogares y 7.358 personas), se ha sabido que el 6,5 por ciento de los catalanes se ha visto obligado a pedir ayuda a familiares, amigos o entidades caritativas para obtener alimentos, ropa y otros servicios de primera necesidad. Los hogares con una sola persona y los que tienen más de cinco miembros son los que piden más ayuda para salir adelante. Las mujeres también reclaman más prestaciones que los hombres.
La pobreza energética persiste pese a los esfuerzos de cara a la galería de compañías y gobiernos. Un 1,4 por ciento de los hogares catalanes aseguran que al menos una vez se han quedado sin luz, agua o gas porque no podían pagarlos.
Se cumplen los pronósticos de que la crisis ha hecho a los ricos más ricos y los pobres más pobres. El 20 por ciento de las casas con más ingresos acumulan 5,5 veces más que el 20 por ciento de las casas más pobres.
Las entidades sociales confían en que la Renta Mínima Garantizada, que empezará a pagarse en septiembre, ayude a muchos hogares, sobre todo, a aquellos con una mujer y un hijo, los más castigados. Actualmente, el 60,9 por ciento de los hogares reciben una prestación social.
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