Barcelona
Le llamaban palillo y espagueti
Pau Gasol presenta junto a los hermanos Roca un cuento sobre el bien de la cocina y el deporte, mientras se niega a hablar sobre la independencia para que «no se manipulen mis palabras»
Pau Gasol es catalán y algunos ya le consideran el mejor deportista español de la historia. Esa es una conjunción muy golosa. Oh, algunos se le caería la espumilla por la boca si apoyase la independencia. Pero no, no lo va a hacer, no va a hablar de lo que puede suceder en Cataluña a partir del 28 de septiembre, ni siquiera piensa ir a votar. «Estaré ya en Chicago, así que no sé lo que haré», dice. El líder de la selección española de baloncesto, con su nueva y flamante medalla de oro en el Europeo todavía, prácticamente, en el bolsillo, sabe que su opinión puede ser usada como reclamo para unos y otros y no quiere entrar en el juego. «Yo me centro en lo mío, y mis opiniones políticas pertenecen a un ámbito privado. No me gusta que se manipulen mis palabras, sobre todo en momentos de éxito», aseguró ayer en la presentación de «Los hermanos Gasol y Roca presentan Luis y el señor Kandinsky» (Edebe).
El libro, escrito e ideado por los restauradores y deportistas, es una divertida historia que pretende inculcar a los más pequeños la importancia de la alimentación, de la cocina y del deporte para un desarrollo pleno. «Es una declaración de intenciones, una eficaz forma de concienciar de la importancia de la alimentación, pero también de la cocina, del trabajo que hay detrás de cada plato. La instituciones deberían poner herramientas para enseñar a comer sano, incluso enseñarlo en las escuelas», afirma Joan Roca.
Gasol es un admirador de los Roca y ha comido varias veces en el «Celler de Can Roca», actualmente el mejor restaurante del mundo. Por su parte, los restauradores son «fans» confesos del baloncestista. «Pau es un ejemplo de tenacidad, de esfuerzo, de ilusión, liderazgo, capaz de motivar al éxito a los que tienen a su alrededor», sentencia Roca.
El jugador de los Chicago Bulls no le gusta hablar de hipótesis, como sería volver algún día al Barça, y mucho menos una ACB sin el equipo blaugrana. «No me lo imagino porque nunca ha sucedido. Yo vivo al día y en estos momentos estoy centrado en los dos años de contrato que tengo con los Bulls», señala Gasol.
El MVP del Europeo tuvo una infancia y adolescencia feliz, aunque difícil. Era tan alto y delgado que no dejaban de meterse con él. «Me llamaban palillo, espagueti, filiprim y a veces cansaba, pero lo llevaba bien. Doy gracias a mis padres de otorgarme de una genética que me ha permitido despuntar y me ha abierto tantas puertas», asegura Gasol, que recuerda orgulloso como «mis padres no nos dejaban levantarnos de la mesa hasta que nos comíamos todo». Niños, a comérselo todo, rápido.
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