Los expertos defienden derivar pacientes a la privada para sostener el sistema

Con una sanidad estragada por la crisis económica y los recortes –en Cataluña, el tijeretazo ascendió a los 15 millones durante el mandato de Boi Ruiz–, no es ningún secreto que el actual modelo sanitario público es insostenible si no se llevan a cabo ciertas reformas. La de mayor calado pasa por «introducir actores privados en la gestión de los hospitales», una medida que la sociedad «ve con mucha reticencia».

En torno a esta idea se presentó ayer el informe de la Fundació Grifols «La interacción público-privada en sanidad», de la mano de dos de sus autores, Victoria Camp, filósofa y presidenta de la entidad, y el catedrático Guillem López-Casanovas.

Este estudio llega en un momento en el que se está repensando el modelo sanitario catalán. El conseller de Salud, Toní Comín, aseguró el lunes en una entrevista a Rac-1 que su intención es recuperar la universalización del sistema, por lo que «no desviará ni un euro a los beneficios de las empresas privadas». El conseller ha hecho efectiva su decisión echando de la red pública de hospitales, de momento, a dos centros concertados, el Hospital General de Cataluña y la Clínica del Vallès. A ambas clínicas se derivaban pacientes del Parc Taulí de Sabadell con el fin de aligerar las abultadas listas de espera. Ahora, Comín pretende revertir los recortes de su antecesor en el cargo y reforzar la capacidad de los centros públicos para que puedan asumir todas las intervenciones programadas. En la comunidad catalana ascienden a 160.000.

La vicepresidenta de la Fundació Grifols aseguró sentirse desconcertada ante la decisión de la conselleria de Salud porque «no se han dado suficientes explicaciones». Pidió al respecto, «acabar con los prejuicios ideológicos» al abordar el debate de la interacción público-privada en sanidad y empezar las reformas «teniendo en cuenta las diferentes formas de concierto».

Para conseguir una mayor eficiencia en el modelo sanitario, Camps defendió la derivación de pacientes a la sanidad privada «con un control riguroso» para descongestionar las listas de espera, ya que la crisis impide contratar a más profesionales para hacerles frente.

Para sostener el sistema, también instó al Govern a «tener el coraje de poner límites» en la prestación de ciertos servicios. «Se ha de diferenciar entre lo básico, a lo que puede acceder todo el mundo y lo superfluo», defendió Camps. Además, eludió a la «corresponsabilidad» del ciudadano a la hora de consumir medicamentos o frecuentar consultas. «Si hay copago se lo piensa dos veces y toma una decisión más responsable», reza el informe.

Es «indispensable» iniciar una reflexión y cuál debería ser la relación entre los elementos públicos y privados de la sanidad catalana, avisó Camps. Para ello, dijo, es necesario acabar con ciertos tópicos. Como los que afirman que «la gestión privada es eficiente mientras la pública no lo es» o, por el contrario, el que dice que «la gestión privada no puede dejar anteponer el afán de lucro al servicio público».

LAS CLAVES

Interacción público-privada. La Fundació Grifols asegura que para la necesaria reforma del modelo sanitario es fundamental abordar este debate «sin prejuicios ideológicos»

Más transparencia. El informe constata la necesidad de mayor transparencia en el sistema sanitario y su gestión. «Todos los conciertos deberían estar publicados en la web”, aseguró a Guillem López

Corresponsabilidad. Los copagos «son formas de privatización que no sólo recaudan dinero sino que hacen más moderados a los pacientes a la hora de consumir medicamentos o frecuentar consultas», reza el infome.