Barcelona
Los golpes no mataron al empresario del Raval, pero contribuyeron a su muerte
La autopsia al empresario Juan Andrés Benítez apunta a que los traumatismos y la contención no causaron directamente su muerte, pero contribuyeron a "desencadenar"el proceso de fallecimiento por la propia excitación del momento.
La autopsia al empresario Juan Andrés Benítez apunta a que los traumatismos y la contención no causaron directamente su muerte, pero contribuyeron a "desencadenar"el proceso de fallecimiento por la propia excitación del momento, según revela el informe final de la autopsia practicada al cadáver.
Así consta en las conclusiones del informe forense encargado por la titular del juzgado de instrucción número 20 de Barcelona para averiguar las causas de la muerte del empresario, al que ha tenido acceso EFE.
En sus conclusiones, los médicos forenses apuntan que Benítez falleció por cuatro factores: "un paro cardíaco secundario a estado anterior patológico en forma de enfermedad cardíaca arritmogénica (Wolf-Parkinson-White), consumo de cocaína, politraumatismos y contención".
En opinión de los autores del informe forense, "es imposible, desde un punto de vista científico medicolegal atribuir un porcentaje de implicación de cada uno de estos mecanismos que han intervenido en la muerte".
El informe que ahora ha llegado al juzgado es el definitivo sobre las causas de la muerte de Juan Andrés Benítez, que falleció el pasado 6 de octubre tras ser reducido por los Mossos d'Esquadra en el barrio barcelonés del Raval un día antes, dado que hasta ahora solo se disponía de un dictamen preliminar.
A diferencia del primer informe remitido por los forenses al juzgado, las conclusiones finales de la autopsia mencionan por primera vez como causas de la muerte la contención a que fue sometido Benítez, que fue inmovilizado en el suelo con la intervención de varios agentes de la policía catalana.
La autopsia también sitúa el consumo de cocaína entre las causas de la muerte de Juan Andrés Benítez, pese a que los análisis toxicológicos que se practicaron al cadáver descartaron que el empresario se encontrara bajo los efectos de la cocaína o el alcohol cuando falleció.
Los forenses admiten en su informe que, antes de morir, Benítez sufrió "violencia contusiva que dio lugar a varios hematomas y fracturas faciales", pero concluyen que "no hay ninguna lesión traumática interna que explique la muerte por sí misma".
"La muerte no fue consecuencia de una lesión o alteración de órgano vital directamente relacionada con los traumatismos", prosigue el informe que, sin embargo, reconoce que los golpes recibidos por Benítez "contribuyen a desencadenar el proceso por la activación adrenérgica (descarga de catecolaminas) propia de la excitación del momento".
Esa descarga adrenérgica, añaden los médicos, "actuó en una persona con una enfermedad cardíaca previa, que es la enfermedad de Wolf-Parkinson-White", que también es arritmogénica".
"La contención debe añadirse al elemento traumático como potenciales generadores de arritmia cardíaca mortal", sostienen los forenses, que creen que, aunque el mecanismo fisiopatológico último de la muerte no está claro, "todo parece indicar que la sensación de ahogo (sensación de ahogo, que no ahogo real) y agitación (normalmente previa y además derivada de la propia contención)"la facilitaron.
De hecho, los peritos concretan que la muerte por contención o reducción "es conocida en el ámbito medico-legal desde hace muchos años", asociada a traumatismos, directos o no, y en personas que frecuentemente han consumido drogas, sobre todo alcohol y heroína.
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