Política

Japón

Más de la mitad de las mujeres españolas que no han sido madre lo hubieran querido ser

Un estudio de la UAB cuestiona la inercia institucional anclada en el pasado que penaliza la maternidad

La baja tasa de fecunidad de España pone en entredicho las políticas del Estado del bienestar
La baja tasa de fecunidad de España pone en entredicho las políticas del Estado del bienestarlarazon

Un estudio de la UAB cuestiona la inercia institucional anclada en el pasado que penaliza la maternidad

Los españoles tienen una esperanza de vida de las más altas del mundo. Actualmente, viven 83,1 años de promedio. Es el tercer país del mundo más longevo, por detrás de Japón y de Suiza. Los españoles sonríen al leer la noticia. Pero el problema es que junto a Japón tiene la tasa de fecundidad más baja del mundo. Y este dato ya no hace sonreír tanto. Desde los años noventa, el Índice Sintético de Fecundidad (ISF), es inferior a los 1,5 hijos por mujer. La suma de una alta esperanza de vida más una baja fecundidad tiene implicaciones directas sobre la estructura de la población. «Debilita su crecimiento natural y aumenta la media de edad», advierten desde el Centro de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona, Albert Esteve y Rocío Treviño, autores de «Los grandes porqués de la (in)fecundidad en España».

Este estudio desvela por primera vez las causas de la maternidad deseada pero no realizada de las mujeres españolas. Lo hace a partir de los microdatos de la Encuesta de Fecundidad de 2018 que el Instituto Nacional de Estadística no realizaba desde 1999.

A la baja fecundidad, hay que sumar una maternidad y paternidad tardías, como resultado de una emancipación también tardía y a la falta de políticas públicas. Más del 61% de los españoles entre 18 y 34 años vive todavía con sus padres. El triple que los jóvenes daneses (19%) y casi el doble que los franceses (36%). Y más de la mitad de las jóvenes entre los 30 y 34 años no han sido todavía madres. A esta edad, las razones que alegan las jóvenes para no tener su primer hijo son de tipo económico y laboral. Hay un 22% que señala no encontrar pareja.

Antes de los 29 años, las razones son otras. La mayoría no es madre porque cree que no es el momento adecuado, bien porque se ven demasiado jóvenes o porque creen que tener hijos es incompatible con los estudios. En cambio, a partir de los 35 años, los motivos relacionados con la situación labora y económica bajan y se compensan con un aumento de mujeres que no han sido madre por un tema de salud.

A partir de los 40 años, una de cada cuatro mujeres afirma que no ha sido madre por un problema de fertilidad. Hay otro dato que alerta de que la elección de no ser madre está condicionado por circunstancias adversas a la maternidad y no a una opción personal: sólo un 12% de las jóvenes entre 25 y 29 años dice que no quiere ser madre, mientras este porcentaje llega al 33% entre las mujeres de 45 a 49 años sin hijos.

El 20% de las mujeres de 40 años no es madre, una cifra que se mantiene casi igual entre las mujeres de 45 y 49 años. En España, hay un 19% de mujeres sin hijos a partir de los 40 años. La descendencia final entre las mujeres de 45 a 49 años es de 1,6 hijos. Pero si el 19% de las mujeres sin descendencia de esa generación hubiera hubiera tenido los hijos deseado, la media de hijos por mujeres nacidas entre 1969 y 1973 sería de 1,8 hijos, una tasa superior a la de Holanda (1,74) y Finlandia (1,82). El 53% de las mujeres de 45 a 49 años que no son madres hubiera querido serlo.

Los autores del estudio inciden en que la decisión de tener hijos no se improvisa y que «las desigualdades de oportunidades para ser madre se juegan entre los 25 y 39 años». Pese a ser una decisión personal, señalan que «la inercia institucional anclada en el pasado supone un freno para las mujeres que desean ser madres». Reclaman políticas públicas para ayudar a la maternidad, más ayudas a la emancipación y a la conciliación. Y denuncian que la baja tasa de fecundidad pone en entredicho el Estado de Bienestar.

Cristina Sánchez, enfermera de la clínica Eugin, desgrana medidas aplicadas por otros países como la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad, ayudas fiscales y económicas y horarios laborales orientados a la conciliación familiar.