Más melocotones y menos macarrones

El 34% de los niños entre los 7 y 12 años tiene sobrepeso.

Comen más hidratos de los necesarios y poca fruta y verdura. Los hábitos saludables empeoran con la edad, los padres descuidan la alimentación y los hijos deciden qué comen: más pizza y menos dieta mediterránea.

Juegan en casa, frente a una pantalla y abren la nevera cuando se aburren, en vez de moverse.

No hay padre que no haya sufrido para que su hijo se coma la papilla de frutas. Hay algunos que incluso se han roto la crisma haciendo el pino puente para conseguir que el niño abra la boca y poder meter una cucharada de naranja, manzana, pera y plátano triturado. Tan importante es que el niño coma y vaya cogiendo peso cuando es un bebé, que si a partir de los tres años le sobra algún kilo, «¡qué importa!», piensan los padres, si han conseguido el objetivo de que su hijo coma. Por eso, el 82 por ciento de los padres españoles piensan que sus hijos tienen un peso normal, cuando resulta que sólo el 62 por ciento está en el peso correcto.

Buenos hábitos

Para tener buena salud, no basta con comer, hay que comer bien. Más fruta y menos pizza. Coincidiendo con el Día de la Nutrición, Un estudio del Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias alerta de que el 12 por ciento de los niños españoles padece obesidad, un 18 por ciento tiene sobrepeso y otro 8 por ciento está demasiado flaco. Por edades, los niños entre los 3 y los 6 años con problemas de obesidad o sobrepeso representan el 28 por ciento, mientras que entre los 7 y 12 años, este porcentaje sube hasta el 34 por ciento. ¿Por qué? Porque además de comer peor «pasan demasiado tiempo delante de la televisión, manejando dispositivos electrónicos y se entretienen con juegos sedentarios», alerta el doctor Rafael Casas, psiquiatra y experto en promoción de hábitos de salud y obesidad infantil.

Casas advierte de que a medida que los niños crecen, los padres no son tan exigentes con su alimentación. Es más agradecido ver cómo los hijos devoran una pizza que pelearse con ellos para que se coman la coliflor. Además, «muchos niños poseen cierta capacidad adquisitiva para comprar chuches», avisa el doctor Casas. Resultado: la alimentación empeora al crecer. Los niños comen demasiados hidratos de carbono (pan, pasta, bollos, pizza...) y poca fruta y verdura. Mientras que los expertos recomiendan que el 50 por ciento del plato sean verduras y hortalizas, un 25 por ciento hidratos de carbono y el 25 por ciento restante proteínas, la realidad es que los platos a la hora de comer tienen un 52 por ciento de hidratos de carbono, un 28 por ciento de verduras y hortalizas y un 21 por ciento de proteínas. Peor es a la hora de cenar, cuando los platos todavía tienen más hidratos (61 por ciento), menos hortalizas y verduras (22 por ciento) y menos proteínas (17 por ciento).

Sobre todo, los problemas de sobrepeso aparecen a partir de los siete años y la culpa no es tanto de que los niños ganen autonomía como de que los padres ni ponen límites ni están tan encima. El 69 por ciento de los progenitores sabe que ha de tomar tres piezas de fruta, pero sólo el 17 por ciento pelea para que se las coman. En cuanto a la verdura, el 66 por ciento conoce que la cantidad recomendada al día son dos raciones, pero sólo el 54 por ciento se las dan a sus hijos. Más preocupante es que mientras entre los 3 y lo 6 años, 9 de cada diez niño realiza las cinco comidas al día recomendadas, a partir de los diez años, sólo el 37 por ciento toma algo a media mañana y muchos olvidan la merienda.