Reproducción asistida
«Modificaciones en la cola del espermatozoide podrían provocar infertilidad»
– ¿Qué porcentaje de los problemas de fertilidad son atribuibles al hombre?
– Se calcula que. más o menos, de las parejas que acuden con problemas de fertilidad, en un 30% de los casos se debe a causas sobre todo masculinas, otro 30% de los casos a causas femeninas y después hay parejas en las que hay un poco de los dos. Además, en un 10% de los casos no se encuentra una causa.
-¿La infertilidad masculina va en aumento?
-La calidad del semen va empeorando y también hay más concienciación sobre la infertilidad masculina. Una cosa que empezamos a ver y se está empezando a estudiar es que, aunque de cara a tener bebés el paso de los años en el hombre no es tan relevante como en la mujer, hay algunas modificaciones en los niños, no necesariamente negativas, que se producen si el semen del hombre es más mayor.
– ¿A qué tipo de modificaciones se refiere?
– Me refiero a modificaciones del ADN desde el punto de vista de mutaciones, que no son mutaciones que dan enfermedad, son variabilidad genética que se produce con más frecuencia conforme el hombre va haciéndose más mayor. Algunas de estas pequeñas modificaciones podrían, a largo plazo, estar relacionadas con eventos vitales en los niños, como un riesgo ligeramente elevado de desarrollar diabetes en la edad adulta.
–¿Que haya bajado la calidad del semen implica que hayan aumentado los problemas de infertilidad?
– No necesariamente porque la calidad del semen es un rango, que puede ser muy amplio, y dentro de este rango, pese a una calidad relativamente baja, ese hombre sigue siendo fértil.
– Entonces, ¿la infertilidad masculina está condicionada por la edad del individuo y sus condiciones de vida?
– Nosotros hemos hecho un estudio, que salió publicado el año pasado, en el que miramos 14.000 casos y concluimos que si se miran los tratamiento de reproducción asistida, la edad del hombre en la probabilidad de quedarse embarazado, de tener un niño, no afecta tanto. Sin embargo, siempre hemos de confrontar lo que vemos en un tratamiento con lo que pasa en el ámbito de la fertilidad natural, donde sí se ha visto que la calidad del semen y la fertilidad de los hombres baja conforme se hacen mayores. En la naturaleza es pues más difícil tener un hijo para un hombre mayor que para un hombre joven.
– ¿Y las condiciones de vida también son un factor a tener en cuenta?
– Se están llevando a cabo estudios en los que se pretende analizar como la calidad del entorno, por ejemplo la contaminación ambiental de micropartículas, puede afectar la calidad del semen y se sabe que hay algunos factores, como la temperatura, que pueden afectar a la calidad espermática.
–¿Cuál es la principal causa de infertilidad masculina?
– Una baja calidad del semen es una de las causas principales. El semen puede tener mala calidad por motivos de cantidad, por moverse muy poco o porque los espermatozoides tienen una forma alterada por la que se les hace muy difícil nadar y entonces la fecundación natural puede ser complicada.
- ¿Cómo se determina la calidad del semen?
- Hay una forma de determinar la calidad del semen que se usa en todas las clínicas y está aprobada por la Organización Mundial de la Salud que se trata de un análisis morfológico que mira la cantidad, la concentración, la motilidad y cuántos espermatozoides sobre 100 se mueve de forma correcta... Es un análisis exhaustivo pero que se basa en la morfología, en lo que se puede ver. Justamente lo que intentamos hacer es ir más allá, porque muchas veces la morfología nos dice algo, pero no nos dice todo. Hay semen que parece muy bonito desde el punto de vista morfológico y del que esperarías una fecundación muy alta y no pasa; y al revés.
– ¿El estudio que han presentado recientemente sobre la cola de los espermatozoides va en esta línea?
– Sí. Siempre nos ha generado curiosidad ver como en algunas especies animales, algunas modificaciones que se pueden encontrar en una proteína que se llama tubulina, que es la espina dorsal de la cola del esperma, pueden provocar infertilidad en estos animales, como erizos de mar o la mosca de la fruta.
¿Podría pasar algo parecido con el hombre? Hemos analizados modificaciones en la tubulina de pacientes que sabemos que son fertiles y en semen que consideraríamos morfológicamente no adecuado. Y hemos observado que la modificación es distinta si el semen viene de una persona fertil o una persona infertil. Esto de por sí no sería una novedad. Lo que hemos notado, que ahí es donde estaría la novedad del estudio, es que si seleccionamos los mejores espermatozoides del semen bueno y del semen malo éstos son idénticos, pero si miramos desde el punto de vista molecular, los espermatozoides que vienen de la muestra mala, aunque parezcan ahora buenos porque hemos seleccionado el 1% o 2% mejor, a nivel molecular siguen teniendo una marca que no es igual. Entonces, pensamos que nos hemos encontrado con una posibilidad de hallar biomarcadores de calidad que van mucho más allá de la morfología y que esperamos que nos permitan diferenciar un semen de buena calidad de uno de mala calidad, independientemente de cómo se presenten a la vista.
– ¿Y esto qué supone?
– Si se comprobara que hay una relación entre lo que vemos a nivel molecular y la capacidad de fecundar de estos espermatozoides, esto supone que podemos añadir al análisis morfológico nuevos marcadores, lo cual, de cara al paciente, supone un diagnóstico más preciso y también, una posibilidad de ofrecer una posibilidad de éxito más cercana a la realidad y ajustada a cada caso, manejar la expectativa del cliente. Va todo en dirección hacia una medicinia personalizada, dirigida al paciente de forma individual.
– ¿Hasta qué punto son tratables los problemas de infertilidad debido a la calidad del semen?
– La mayoría de problemas de calidad espermática de alguna forma, con métodos más o menos complejos, podemos solucionarlos en el laboratorio. Hay casos en los que no llegamos, a veces esto pasa porque se juntan distintas cosas, como un factor masculino grave junto con la mujer de edad un poco mayor reproductivamente hablando, es decir 37 u 38 años, ... cuando esto se junta a veces se hace de verdad complicado poder ofrecer a los pacientes una solución con sus propios gametos. En este caso siempre queda la opción de usar gametos de donación.
– Por último, ¿hacia dónde va la investigación?
– En el ámbito del factor masculino, la andrología está viviendo un periodo muy dulce y es uno de los puntos en los que el grupo Eugin está apostando. Históricamente se ha dejado un poco de lado el espermatozoide bajo la idea que si el óvulo es bueno, el esperma tiene poco que hacer...pero hay que profundizar en su conocimiento.
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