Violencia callejera
Barcelona, en «estado de alarma»: tres apuñalamientos en 24 horas
El Ayuntamiento admite que la ciudad sufre una «crisis de seguridad» después de que en poco más de 24 horas se hayan registrado tres heridos por arma blanca
El Ayuntamiento admite que la ciudad sufre una «crisis de seguridad» después de que en poco más de 24 horas se hayan registrado tres heridos por arma blanca.
Barcelona sigue lejos de ofrecer signos de recuperar seguridad pese a los recientes cambios en el Gobierno municipal. Tres apuñalamientos en poco más de 24 horas han acentuado el estado de alerta en una ciudad en la que, desde que Ada Colau asumió los mandos, se han disparado los datos de criminalidad. De hecho, el nuevo responsable del área de Seguridad, Albert Batlle, admitió ayer que Barcelona sufre «una crisis de seguridad», una circunstancia que aspira a enmendar durante este mandato.
Las agresiones violentas se han acumulado durante las últimas horas. En la madrugada de ayer, un hombre resultó herido grave tras ser apuñalado en la calle Pamplona, en Poble Nou, y tuvo que ser trasladado por el Servicio de Emergencias Médicas al Hospital del Mar. Los hechos ocurrieron en torno a la 1 de la mañana, tras una pelea. Todavía no se ha identificado al agresor. Este episodio se produjo pocas horas después de otros dos apuñalamientos en Ciutat Vella: el primero ocurrió el lunes a las 21; 45 horas, cuando un hombre resultó herido por arma blanca en el barrio de la Ribera y tuvo que ser trasladado al hospital; el segundo se produjo poco más tarde de las 5 de la mañana del martes en el barrio de la Barceloneta, cuando otro hombre también fue herido de gravedad por arma blanca y, a consecuencia, trasladado a un centro hospitalario. Durante las últimas horas, los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre de 30 años y de nacionalidad albanesa por apuñalar presuntamente a dos «sin techo», que dormían cerca de un albergue en Nou Barris –estos hechos se produjeron el 23 de julio y el 9 de agosto, pese a que la detención no se efectuó hasta el lunes, según informó ayer la Policía catalana–.
Más allá de este reguero de casos en poco más de tres días, los datos del primer semestre del año tampoco invitan al optimismo. Los delitos aumentaron un 9 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado: se cometen casi 700 al día y 26 cada hora. La nota más destacada de las últimas semanas, sin embargo, son los homicidios. Hasta hoy se han registrado ya trece asesinatos en lo que va de año, tres más que todos los que se produjeron a lo largo de todo 2018. En este sentido, los homicidios han crecido sobremanera desde el inicio de julio: el último de ellos tuvo lugar este lunes, cuando una mujer fue hallada muerta con signos de violencia en el paseo de Can Tunis en el distrito de Sants-Montjuïc. Un día antes, el domingo, un georgiano fue herido de muerte tras una pelea en la Mina.
Hasta junio, los hechos delictivos llegaron hasta los 115.014, un 9 por ciento más que durante los primeros seis meses de 2018, según las estadísticas que ha publicado recientemente la Generalitat. Los datos, por tanto, revelan una tendencia que parece incontenible desde que Colau desembarcara en el Ayuntamiento de Barcelona, en junio de 2015. Entre 2016 y 2018, la criminalidad ha crecido casi un 27 por ciento en la capital catalana: en 2016 se contabilizaron 153.056 delitos, mientras que 2018 concluyó con 194.212, según datos del Ministerio del Interior. De manera desglosada, los homicidios consiguieron reducirse de manera sustancial el año pasado (10), tras un 2017 negro (28). En 2016 hubo 11 asesinatos. En relación a los homicidios en grado de tentativa, 2016 acabó en 38 casos mientras que 2018 concluyó con 44.
Los robos se han convertido en uno de los principales problemas. Los robos con violencia e intimidación experimentaron un fuerte crecimiento entre 2016 (9.650) y 2018 (12.277). Durante el primer semestre de 2019, se han producido ya 4.207. Asimismo, los hurtos también han contribuido sustancialmente a engrosar el número de delitos: en 2016 se produjeron 85.071 y 2018 cerró con 109.154 –el primer semestre de 2019 se ha saldado con 67.276, un 8,4 por ciento más–.
Más policías
Para revertir esta tendencia, Barcelona va a ganar en efectivos policiales. Para septiembre, está previsto que se incorporen 320 agentes de los Mossos d'Esquadra a la ciudad, una reivindicación que Colau ha puesto siempre encima de la mesa y que no se selló hasta el mes de julio, tras la reunión de la Junta Local de Seguridad. También, en junio, la Guardia Urbana incorporó a 139 agentes más –para alcanzar los 2.700–, aunque todavía siguen a una distancia sideral de los 4.500 que piden los sindicatos –CSIF recuerda que, por ejemplo, en la Barcelona previa a los Juegos Olímpicos había 3.500–.
Y es que la inseguridad de Barcelona, además de haberse convertido en la primera preocupación de los vecinos, según el último Barómetro, también ha empezado a tener resonancias internacionales. Una alto cargo de Corea del Sur (65 años) murió a finales de junio en Barcelona tras sufrir el robo de su bolso y caer al suelo, donde se golpeó la cabeza y falleció como consecuencia de las lesiones cerebrales. Más recientemente, a principios de julio, se produjo un robo a la familia real de Qatar durante su estancia en un hotel de lujo en el Paseo de Gracia de Barcelona. Los ladrones sortearon el fuerte dispositivo de seguridad y se llevaron la caja fuerte de la habitación.
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