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Operan con éxito del corazón a la bebé más pequeña del mundo
El equipo médico del Sant Joan de Déu salva a una niña prematura de 1,3 kilos que sufría 300 pulsaciones por minuto
El equipo médico del Sant Joan de Déu opera del corazón a una niña prematura de 1,3 kilos que sufría 300 pulsaciones por minuto.
Raquel no pensaba que se pudiera llorar de alegría como hacen los cineastas cuando reciben un Goya. Pero sí se puede. ¡Y tanto que se puede, cuando un equipo médico sale de un quirófano para informar a unos padres de que su hija ha superado una operación a vida o muerte! Y más si la intervención es pionera y si la paciente es una niña prematura de doce días y sólo 1.310 gramos de peso.
Raquel es la madre de esta historia que han contado los doctores Josep Brugada y Georgia Sarquella, de la Unidad de Arritmias del Hospital Sant Joan de Déu. Una historia que acaba con una operación exitosa a una bebé de 1.310 gramos de peso que sufría una taquicardia incesante que hacía que su corazón latiera a 300 pulsaciones por minuto.
La historia empieza cuando el equipo médico que llevaba el embarazo de Raquel, en la semana 20 de gestación, detectó que el feto tenía una taquicardia que no cesaba. El corazón de la niña, a la que llamarían María, iba a 300 pulsaciones por minuto, literalmente, cuando lo habitual es que lata a 150 pulsaciones por minuto. El equipo de cardiología del Hospital Universitario Miquel Servet de Zaragoza, que dirige el doctor Lorenzo Jiménez, intentó combatir esta anomalía administrando fármacos anti arrítmicos a la madre con la intención de que llegaran a María a través de la placenta. De esta manera se consiguió alargar el embarazo hasta la semana 30. María, que tenía que nacer el 23 de febrero, acabó naciendo dos meses antes, el 23 de diciembre.
La doctora Sarquella cuenta que los médicos «utilizamos todo el arsenal terapéutico y farmacológico para remitir la taquicardia, pero María se resistía a todos ellos». Y la noche del 3 de enero, decidieron que la única vía para salvar la vida de María era operarla. La enviaron al Hospital Sant Joan de Déu, cuya Unidad de Arrítmias es el centro de referencia en España para el tratamiento de las arritmias pediátricas.
Desde 1998, que se hace esta intervención, ha hecho 620 ablaciones cardíacas, 36 en niños de menos de 10 kilos. En Sant Joan de Déu se había operado también de una arritmia al bebé más pequeño hasta la fecha, un niño de 1.540 gramos que «hoy es un adolescente de 1,75 metros de altura y buena salud», explicó el doctor Brugada.
El principal reto de operar a María era el tamaño: 1.310 gramos de peso, un corazón de dos centímetros y una vena femoral por la que se tenía que meter el catéter de un milímetro. Era el bebé más pequeño del mundo que se sometía a esta operación.
Una intervención pionera
El problema de María es que el circuito eléctrico de su corazón funcionaba mal. Tal y como explicó el doctor Brugada, en vez de tener un cable responsable de enviar los impulsos eléctricos, tenía dos. Por eso su corazón iba el doble de rápido, explicado de una manera muy simple.
La operación consistía en introducir un catéter por la ingle, conducirlo a través de la vena femoral hasta el corazón y una vez allí aplicar radiofrecuencia y destruir el cable eléctrico erróneo. Pero como la bebé
era extremadamente pequeña y no hay material médico pediátrico, la doctora Sarquella se las ingenió para adaptar un catéter e introducirlo con habilidad, precisión y paciencia. «Corríamos el riesgo de agujerear el corazón, lesionar una de las válvulas o quemar un tejido que no tocaba», admite.
La intervención duró 20 minutos, pero entre que el equipo médico preparó a la niña parar entrar en quirófano y los médicos salieron pasaron dos horas. Raquel contaba aún emocionada el momento en que los médicos les avisaron por teléfono para decir que la operación había sido un éxito. «Recuerdo a los doctores al fondo del pasillo, avanzar hacia ellos y fundirnos en un abrazo que duró cinco minutos. Todos llorábamos.
Era la primera vez que lloraba de alegría», cuenta con María dormida en brazos. Los médicos dan por curada a María, aunque deberá pasar controles médicos hasta llegar a la edad adulta. Por la experiencia que tiene el equipo médico, las complicaciones son poco probables.
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