El desafío independentista
Puigdemont pone la cuenta atrás al tiempo para el referéndum pactado
Hará su último intento tras hacer acopio de miles de firmas. El bloque soberanista impone su mayoría en el Parlament para rechazar una moción que pedía al Govern aclarar los planes independentistas
Hará su último intento tras hacer acopio de miles de firmas. El bloque soberanista impone su mayoría en el Parlament para rechazar una moción que pedía al Govern aclarar los planes independentistas.
La pantalla del referéndum acordado, que muchos dirigentes soberanistas habían dado por superada tras la celebración del 9-N Y que regresó inesperadamente esta legislatura, se dispone, ahora sí, a acabar sus días. El denominado Pacto Nacional por el Referéndum –que reúne a organizaciones políticas, sociales, culturales y económicas– arrancó anteayer su campaña para conseguir el apoyo de entidades y particulares durante los próximos meses. Una vez acabe este proceso, Carles Puigdemont, usará el aval de las firmas para exigir al Gobierno, por última vez, un referéndum de autodeterminación acordado, según explicó ayer el propio presidente de la Generalitat a los periodistas en una conversación informal.
La posición del Gobierno es sobradamente conocida: Mariano Rajoy no está dispuesto a hablar para «liquidar la soberanía nacional». Pero el Govern quiere confiar en que la montaña de firmas ablande a Rajoy, por remota que sea esta posibilidad. El Pacto Nacional por el Referéndum anunció ayer que su manifiesto ya ha recibido «más de 25.000 adhesiones» en solo 24 horas.
paralelo, el Govern seguirá desarrollando su estrategia para avanzar hacia la independencia por la vía unilateral. Se trata de un camino lleno de incógnitas que la Generalitat se resiste a despejar con el argumento de que sería tanto como descubrir las cartas al adversario.
Ayer mismo, el bloque soberanista de Junts pel Sí y la CUP impuso su mayoría en el Parlament para rechazar una moción del PSC que pedía al Govern que informara a la Cámara de sus planes para conseguir la independencia. Este rechazo se produjo después de que, a finales del pasado año, los socios independentistas anunciaran un pacto sobre la ley de transitoriedad jurídica –que, entre otras cosas, debe dar amparo al referéndum–. Sin embargo, se negaron a detallar su contenido y únicamente adelantaron que la norma proclamará que «Cataluña se constituye en una República de derecho, democrática y social».
El socialista Ferran Pedret defendió ante el pleno la moción, que pedía dar al Parlament en 15 días toda la información del Govern relativa a una secesión de Cataluña, sus actos de preparación, su ejecución y sus posibles consecuencias en cualquier ámbito.
La moción también pedía entregar a la cámara informes, estudios, dictámenes o asesoramientos, realizados por el Institut d’Estudis de l’Autogovern o por cualquier otro organismo. Solicitaba, además, al Govern presentar en un mes una memoria de los textos legales o borradores en preparación por parte del Govern vinculados con una secesión. Y emplazaba al Govern a entregar al Parlament cualquier informe, estudio, estudio preliminar, asesoramiento, plan de contingencia, plan de actuación o cualquier otro documento que haga referencia al proyecto de independencia.
El diputado de JxSí Fabian Mohedano criticó la fórmula escogida en la moción para referirse a la independencia de Cataluña («secesión») y recriminó a los socialistas catalanes que se alineen con con las tesis conservadoras en España.
El PP recordó las afirmaciones del senador Santi VIdal sobre la obtención de datos fiscales de forma ilegal y subrayó que son «muy preocupantes».
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