Cataluña
El camarero de Baleària: «Seguiré escuchando El último de la fila»
El compositor Quimi Portet incendió Twitter al quejarse de que un camarero no le había atendido al pedirle un «cafè amb llet». Juan Hermo, que casi pierde su trabajo, asegura a LA RAZÓN que no le entendió
La polémica que desató Quimi Portet, ex integrante de El Último de la Fila, por quejarse vía Twitter de que un camarero de Baleària no le había atendido en catalán tras pedirle un «cafè amb llet» (café con leche), traspasó las redes sociales. «Mira: en gallego, español, francés, inglés y hasta en italiano te entiendo, en catalán o mallorquín, ya no», ponía Portet que le había dicho el camarero, acompañando su queja con una foto del trabajador. Curiosamente, el «conflicto» fue entre un catalán y un gallego.
«No le entendí, de veras que no. Entiendo palabras en catalán, también hablo inglés. ¿A ti no te ha pasado que a veces te dicen una palabra en inglés y te bloqueas y en ese momento no la entiendes y después sí? Eso es lo que me pasó a mí. Fue un malentendido. Con eso no le quería decir que estaba despreciando el catalán ni mucho menos. Soy gallego, tengo una lengua diferente. Y estoy muy de acuerdo con la defensa del catalán, del euskera... mi intención no era esa. Creo que el hombre me entendió mal o fue un malentendido», asegura a LA RAZÓN Juan Hermo, el camarero aludido por el ex integrante de la citada banda.
Los hechos tuvieron lugar el pasado domingo a las 08:00 de la mañana en el ferry de Formentera con destino a Ibiza. Juan llevaba desde las 06:00 trabajando cuando Portet le pidió un café con leche en catalán. Tras no entenderle, Portet «no se tomó el café. Se fue cuando le dije que no entendía catalán o mallorquín. Quizá si me lo hubiera dicho despacito igual le hubiera entendido. Pero ya no me dio tiempo a decírselo».
Durante los 15 minutos que nos atiende Juan, denota un tono amable y, sobre todo, prudente. Juan se enteró ayer por la mañana de la polémica en las redes sociales porque un compañero le llamó para decirle que estaba saliendo en la Prensa. Y después le llamó otro, que «me preguntó si sabía quién era. Cuando me lo dijo, pensé: ¡En qué follón me he metido y sin quererlo!». «Me gustaría decirle que si le he ofendido en algo, que me disculpe, que no fue mi intención».
«Me defiendo en inglés, en italiano, aunque no lo hablo pero sí lo entiendo bastante bien, en gallego, en portugués, porque es parecido al gallego, y en castellano, que es el que me enseñaron en la escuela –prosigue–, pero no hablo catalán ni mallorquín y tengo compañeros que sí y me hablan despacio para que les pueda entender».
#quimiportet disculpa les molèsties. Dsd Balearia no admetem aquest tracte a cap client. Es prendran les mesures oportunes
@Balearia Gràcies.
Pero la cosa no acabó ahí. De hecho, Quimi Portet no hace alusión alguna en redes a las disculpas del camarero ni a cómo reaccionó él. «Cuando pasó lo del café me quedé mosqueado. Se había ido fuera de la cafetería, a la terraza, me acerqué a él y le pregunté: ‘‘¿Qué te he hecho para haberte molestado?” y empezó a hablarme en italiano y le dije: ‘‘Bueno, si te he ofendido, te pido disculpas’’». Sí, en italiano, no es un error. Y Juan, muy prudente, a pesar de entender italiano, evita en todo momento comentar qué fue lo que le dijo el ex integrante de El último de la fila. No quiere echar más leña al fuego. «Quiero que se acabe esto», afirma al preguntarle si va a denunciar a Portet por publicar una foto suya en las redes sociales sin su consentimiento. No va a denunciarle, todavía sorprendido por lo ocurrido. «En 20 años nunca había tenido ningún problema».
«No lo hice con mala intención. Igual metí la pata con la respuesta, seguro, pero no era mi intención. Sólo quiero tener trabajo para poder sacar a mi familia adelante y nada más».
«A lo mejor el hombre no tenía el día, yo quizá tampoco y tuve un error, yo qué sé... Lo que le dije no fue con mala idea, eso por mis hijos, que tengo tres y los quiero mucho, por mis hijos que la idea no era discriminar el idioma ni intentar hablarle mal a él».
Juan se casó muy jovencito. Y a sus 48 años tiene «una hija de 30, otra de 27 y el pequeño, que tiene 13. Tengo al peque en casa y a la del medio, que acabó la carrera, porque el trabajo está muy mal, no le salen las cosas, trabaja en algún restaurante los fines de semana». Y es precisamente en ellos y en su mujer, ama de casa, en los que pensó cuando recibió la llamada de un compañero avisándole de la polémica. «Cuando me enteré, uf, lo primero que pensé fue que me estaba jugando el puesto por esto, por algo que hice sin mala intención».
Aclaración de Baleària sobre el caso Quimi Portet / Aclariment de Baleària sobre el cas Quimi Portet: https://t.co/IPRoT1ovcj
Juan, aunque trabaja en Baleària, está contratado por la agencia de embarque J.M. Candina. Ayer, que libraba, recibió la llamada de la naviera. «Con la empresa muy bien. Hablaron conmigo y, tras explicarles que fue un malentendido sin intención alguna, me dijeron que no había problema. En principio la idea era cambiarme de ruta, ya que el tema estaba calentito, pero luego me han dicho que posiblemente no. A mí me gusta la ruta. Llevo poco tiempo haciéndola. El año pasado estuve dos meses, y este año desde marzo». Un trabajo duro porque conlleva estar ocho meses fuera de casa, mientras su familia le aguarda en Galicia. Familia que, por cierto, también se sorprendió por lo sucedido. «Me decían cómo te pasa esto a ti con lo prudente que eres».
Juan confía en que hoy, que le toca trabajar, pueda hacerlo; 48 horas después de una polémica, que él insiste en decir que fue sólo un malentendido y que ha podido costarle el puesto de trabajo, tanto que desde CC OO le brindaron «sus servicios jurídicos por si fuera necesario», y recordaban que en el convenio de trabajadores «no se les exige hablar catalán».
Y a pesar de todo, Juan demuestra ser todo un señor: «Tengo algún disco de El último de la fila y los seguiré escuchando», asegura. «No quiero problemas, si le tengo que pedir disculpas mil veces a este señor se las pido, máxime cuando no lo hice con mala intención. De verdad, que se lo hubiera servido. Si cuando un inglés me pide un ‘‘coffee with milk’’ se lo sirvo, cómo no se lo iba a poner a él», concluye.
Y mientras él insiste en disculparse, Portet dio la callada por respuesta. En las redes, ni un sólo comentario después de la polémica que él había provocado y pudo costarle el trabajo al camarero.
Por su parte, la empresa Baleària, después de que a primera hora comunicara que iba a tomar medidas finalmente rechazó despedirle, aunque dijo que «su trabajador debió ser más respetuoso» con el músico.
El cantante Manolo García, ex integrante de El último de la fila explicó en una entrevista en 2014 a «Jot Down» que el grupo musical se disolvió porque Quimi Portet «empezaba a estar incómodo con el tema lingüístico». Manolo García afirmó que «el tema de la lengua para él es importante, él es catalán. Yo soy de los otros catalanes: soy catalán, y con todo el orgullo, pero mi lengua materna es el castellano».
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