Novela

Redescubrir obras maestras

Algunas novelas y sus autores pasan desapercibidas en su estreno, pero el tiempo les da una segunda y mejor vida. John Williams, Austin Wright y Richard Yates, los últimos ejemplos

Imagen de «Revolutionary road», adaptación cinematográfica de la novela de Richard Yates. Abajo, desde la izquierda, Austin Wright y John Williams
Imagen de «Revolutionary road», adaptación cinematográfica de la novela de Richard Yates. Abajo, desde la izquierda, Austin Wright y John Williamslarazon

El tiempo lo cura todo, dicen, y puede que tengan razón, pero a veces simplemente es demasiado tarde. Otras, gracias al cielo, no. Si hablamos de novelas, nunca es tarde para admitir el error inicial y recuperar obras que, en su tiempo, pasaron desapercibidas o simplemente nadie las supo entendender bien. Los anglosajones lo llaman «lost masterpieces», obras maestras perdidas, que un editor con ojo decide recuperar 20, 40, o 60 años después de su primera publicación y la redescubre a toda una nueva generación de lectores.

En los últimos meses, han llegado a las librerías catalanas tres de los últimos ejemplos del fenómeno. Primero fue «Revolutionary Road» (Proa) de Richard Yates. Después vino «Stoner», (Edicions 62) de John Williams y ahora llega el caso más extremo de este selecto grupo, «Tres nits» (Proa), de Austin Wright, publicada originalmente en 1991 y que sólo 20 años después regresa como uno de los cúlmenes del «thriller» contemporáneo. Las tres obras tienen algo en común, trabajan desde el realismo, de la sutileza, para crear tensión en lo común y en la fragilidad del hombre frente a sus propias circunstancias. Nada muy llamativo, nada muy espectacular, pero que sí castiga poco a poco el intelecto y el corazón hasta dejarlo inquieto y exhausto.

Pena y venganza

Si Saul Bellow dice que has escrito una obra maestra, pues lo más seguro es que tenga razón. El prestigioso escritor de Chicago no dudó en clasificar así «Tres nits» una novelas que son dos libros a la vez y una reflexión de la capacidad que tiene la literatura de afectarnos por completo y redescubrirnos a nosotros mismos. La premisa de la novela es simple, un hombre le envía a su ex mujer el manuscrito de su primera novela. Ella es crítica literaria y, a su pesar, acepta. Cuando comienza su lectura, la historia empezará a seuestrarla y comenzará a encontrar ecos de su propia vida. Dividida en dos partes que se suceden paralelamente, leemos la novela del ex marido, un «thriller» de humillación, pena y venganza, y por otro qué sucede mientras ella lo lee. El resultado final es tan brillante como terrible.

La editorial Edicions 62 acaba de publicar «August», la otra célebre novela de John Williams, por la que recibió el National Book Award. Aunque su verdadero hito fue «Stoner», publicado hace un año, una historia que repasa la vida desde su nacimiento hasta su final de un profesor universitario de vida tan triste como apasionante. Porque el drama no está en la guerra, en el asesinato o en la hazaña épica, el drama está en un hombre que pierde, y «Stoner» es uno de los drmas más intensos del siglo XX.

Por último, encontramos el caso más prototípico de este fenómeno, el escritor Richard Yates. La editorial RBA acaba de publicar «Jóvenes corazones desolados», una de sus últimas novelas, en la que vuelve a incidir en los dramas del matrimonio y los engaños del sueño americano. Hasta que autores como Richard Ford y Raymond Carver empezaron a hablar públicamente de él, no dejaba de ser un escritor más, pero después todo el mundo leyó «Revolutionary Road» y la cosa cambió.

Por supuesto, hay muchos más ejemplos, como «El tercer policía», de Flann O'Brien o «Sólo en Berlín», de Hans Fallada, o «Suite francesa» de Irène Nemirovsky o la recuperación de las novelas de Sandor Marai, pero lo importante no son las novelas que se han redescubierto, sino las que todavía quedan por redescubrir. Ahora depende de los editores, los autores ya hicieron su parte y los lectores quieren obras maestras, sean de cuando sean, porque, simplemente, son mejores.

Libros perdidos de figuras

Además de redescubrir autores, estas «lost masterpieces» también pueden venir de escritores consolidados y de prestigio. A veces son una primera novela, otras la última, pero autores como Nabakov, James M. Cain, Stevenson, Carson McCullers han tenido libros perdidos muchos años.