Psiquiatría

«Si el trastorno mental materno es duradero puede afectar el neurodesarrollo del niño»

Gracia Lasheras, presidenta de MARES y directora de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Universitario Dexeus, asegura que una de cada cinco mujeres va a sufrir algún tipo de trastorno mental en la etapa perinatal.

Gracia Lasheras / Miquel González/Shooting
Gracia Lasheras / Miquel González/Shootinglarazon

Gracia Lasheras, presidenta de MARES y directora de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Universitario Dexeus, asegura que una de cada cinco mujeres va a sufrir algún tipo de trastorno mental en la etapa perinatal.

La semana pasada se celebró en el Hospital Universitario Dexeus la VII Jornada de Salud Mental Perinatal, un evento promovido por la Sociedad Marcé Española de Salud Mental Perinatal (MARES).

Gracia Lasheras, presidenta de MARES y directora de la Unidad de Salud Mental Perinatal del Hospital Universitario Dexeus, asegura que una de cada cinco mujeres va a sufrir algún tipo de trastorno mental en la etapa perinatal. Y que eso sea tan poco conocido y el mundo sanitario esté poco preparado para diagnosticarlo explica que el 75% de esas mujeres no va a recibir atención»

–¿Qué es la salud mental perinatal? ¿Se centra solo en las madres?

–Se centra fundamentalmente en las madres, porque de lo que se va a encargar es del estudio, la detección y el tratamiento y todo lo que comporta la salud mental de la madre durante la etapa reproductiva, embarazo y postparto. Lo que ocurre es que hay una diada, madre-hijo, que está totalmente unida, entonces pensamos en la interacción y el bienestar de ambas y todo esto integrado en una estructura familiar. Por lo tanto, el foco es más amplio que solo el de la mujer.

–¿Qué incidencia tienen los trastornos de este tipo? ¿Cuáles son los más frecuentes?

-La incidencia es muy elevada, mucho más de lo que se cree, precisamente por eso insistimos tanto en que se conozca todo esto. Así, una de cada cinco mujeres va a sufrir algún tipo de trastorno significa que, cada año, más de 10 millones de madres en todo el mundo sufrirán una depresión postparto; en España, esta cifra se traduce en 40 mil madres, y en Cataluña, en 6800. Y preciamente, la depresión postparto es la patología más frecuente y oscila entre un 10 y un 15% de la población general de madres. Y que sea tan poco conocido y estemos tan poco preparados en el mundo sanitario en general para recibir o diagnosticar todo esto implica que cerca del 75% de estas mujeres no va a recibir atención y esto es muchísimo. Esto también presupone que la mujer no se atreve a decir lo que pasa.

-¿A qué se deben estos trastornos mentales perinatales? ¿Existen condiciones o situaciones que los favorecen?

-Por una parte, la etapa perinatal implica cambios físicos, hormonales y de rol en la mujer y todos esos cambios pueden generar trastornos mentales. Puede no pasar nada, pero el embarazo está ligado a problemas, cambios y modificaciones. De hecho, hay un estudio que evidencia como el embarazo conduce a cambios en la estructura cerebral de la madre. Lo que busca este cerebro cambiante es prepararse para la maternidad, pero eso lo hace a cambio de restringir áreas cerebrales para otras cosas, es como la especialización del cerebro de la madre. Esto, sin embargo, no tiene que implicar enfermedad, pero puede ocurrir y si encima el medio es adverso por otras razones, todo eso es un caldo de cultivo negativo. Un trastorno mental perinatal puede pasar a cualquier mujer, aunque es verdad que aquella que tiene la vulnerabilidad genética, que son trastornos mentales a lo largo de su vida o bien en familiares, genera mayor propensión a que se pueda desarrollar alguno de estos trastornos durante el embarazo o postparto.

-¿Como se pueden identificar estos trastornos? ¿Podrían confundirse con cambios y efectos propios del embarazo y postparto?

- Se pueden identificar por los síntomas de malestar, que pueden ser muy diversos según el trastorno, pero que suelen responder a ansiedad, nerviosismo, inquietud, mucha preocupación... Cuando los síntomas de sufrimiento son muy elevados, hay algo que no va bien. La intensidad del sufrimiento puede ser una muestra de un trastorno.

–Antes comentaba que el mundo sanitario no está preparado para detectar estos casos

- El medio sanitario y social no está preparado y hay que intentar que los trastornos de salud perinatal no sean considerados como algo malo, raro o anormal. Si la mujer se atrave a manifestar sus problemas y ve un medio receptivo, podemos detectarlas y ayudarlas, porque lo más grave es que son trastornos que, con ayuda, se resuelven bien, pero si se perpetúan pueden dar problemas a la mujer y a la descendencia.

–¿Cuáles son esos problemas a la descendencia de los que habla?

-Cada vez hay más trabajos en los que se evidencia que la patología mental materna en la etapa perinatal puede conducir a alteraciones en el niño de tipo conductual -déficit de atención, hiperactividad...- trastornos emocionales -ansiedad, depresión- pero también trastornos cognitivos - del lenguaje, del aprendizaje-. Son niños en los que su cerebro no se desarrolla igual. Y hay también estudios en neuroimagen que dan como resultado, por ejemplo, como la ansiedad en el embarazo da alteraciones como la reducción en materia gris en los niños hasta los 9 años de edad. En definitiva, el neurodesarrollo se puede ver afectado, sobre todo si el trastorno mental materno es duradero, por eso interesadetectarlo pronto.

–¿Cómo se explica todo esto a nivel científico?

Los mediadores neuroquímicos del estrés que tienen lugar en el organismo de la madre cuando ésta está psíquicamente mal tienen también su entrada, a través de la barrera placentaria, en el bebé, que se verá impregnado de todo esto. Esto, más que un efecto tóxico directo, tiene un efecto en la genética del bebé, es lo que se llama la epigenética, y ello va a cambiar su estructura cerebral y va a aquedar programado de manera alterada.

–Y el vínculo madre-hijo ¿se puede ver afectado?

-Claro que sí, si la mujer no está en un estado emocional correcto, la felicidad y el disfrute con su hijo es más bajo y la tendencia es a sentirse mal con el bebé e incluso se puede llegar a rechazar. Lo gordo es que ellas son conscientes de que eso no es normal y se sienten culpables, lo que a veces les lleva a no decirlo .

–¿Esta disciplina que trata la salud mental perinatal es relativamente nueva?

-Nueva en cuanto a estar dedicándonos a fondo, diría que sí. España se ha subido al carro ahora y falta mucha formación en los profesionales sanitarios.