Cataluña

Sobrevivir a la renta antigua

La ley de arrendamiento urbano pone en peligro al 10% de los comercios que no han podido actualizar el alquiler

El 60 por ciento de los comercios barceloneses están en un local de alquiler
El 60 por ciento de los comercios barceloneses están en un local de alquilerlarazon

BARCELONA- En diciembre de 2014 se eliminarán las rentas antiguas, lo que pondrá a algunos comercios emblemáticos de Barcelona entre la espada y la pared. A partir de diciembre del próximo año, se aplicará la Ley de Arrendamiento Urbano, que supondrá la eliminación de las rentas antiguas.

Este cambio afectará a un 10 por ciento de los establecimientos comerciales de Barcelona con contrato de alquiler –que representan el 60 por ciento del total–. El 80 por ciento ya ha resuelto la situación a través de una actualización pactada de las rentas, que normalmente se han renegociado a la baja respecto al precio de mercado. Sin embargo, existe un grupo minoritario de negocios de renta antigua que afrontan la situación con inquietud.

Como explica Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación de Comercio de Cataluña, «donde no se ha pactado es en zonas comerciales como paseo de Gracia o la Rambla, donde los inquilinos pagaban de alquiler hasta 20 veces menos que el comercio de al lado, con una renta actualizada. En estos casos, el propietario suele tener ofertas para ocupar el local».

Por su parte, Joan Ollé, presidente del colectivo API de Cataluña, señala que «desde 2007 los alquileres de locales comerciales en un barrio medio de Barcelona han decrecido un 50 por ciento, mientras que las zonas comerciales esa caída se ha traducido sólo en un 10 o 20 por ciento». Y, recuerda que ahora los propietarios de este tipo de locales de renta antigua «tratarán de capitalizar lo que no han cobrado en los últimos años».

Cuestión de patrimonio

Es, en esta situación, cuando los inquilinos se ven abocados a reubicar sus negocios en locales, calles y barrios menos comerciales pero con una renta más asequible, lo que para todos ellos supone un contratiempo, pero especialmente para aquellos que han sido catalogados como establecimientos emblemáticos.

Josep María Roig, secretario de la Asociación de Establecimientos Emblemáticos y propietario de la pastelería La Colmena, destaca que de los 55 establecimientos que forman parte de la asociación, 33 aún conservan la renta antigua. «Hemos intentado negociar el alquiler para actualizarlo, pero nos piden unos precios que nosotros no podemos asumir. Al ser una zona céntrica, los propietarios saben que en cualquier momento llega una multinacional que puede pagar, pero para el comercio tradicional es imposible», lamenta.

Esta situación supondrá que estos establecimientos «pierdan la entidad del negocio y deshacer un conjunto de interés histórico», asegura Roig, que eleva estos comercios a la categoría «de monumentos, que forman parte de la memorial histórica comercial». «La pregunta es si interesa o no a la ciudad conservar este tipo de establecimiento por motivos históricos y de patrimonio», plantea Roig, que señala que «con su desaparición se iría perdiendo memoria histórica».

Por este motivo, la asociación ha presentado un proyecto al Ayuntamiento de Barcelona en el que se propone proteger a estas tiendas por motivos de interés patrimonial. «Nadie se opone a pagar más, siempre y cuando sea un alquiler asumible por un comercio tradicional y familiar», apunta.

Por ello, la asociación ha sugerido al Consistorio que interceda en las negociaciones con el propietario del local para garantizar que se ofrezca a los actuales inquilinos una renta actualizada a las circunstancias del momento pero dentro de sus posibilidades económicas. «El pleno municipal ha dado su visto bueno a proteger este tipo de establecimientos, pero en marzo de 2011 ya sucedió algo similar y desde entonces aún no se ha actuado en este sentido», se lamenta Roig, que está a la expectativa de ver qué sucede en esta ocasión.

Por el momento, en la comisión de Habitat Urbano del pasado lunes, el gobierno municipal dio luz verde la actualización de la ordenanza de Patrimonio. En esta normativa se establece la aprobación de un catálogo de edificaciones que no pueden ser derribadas por su valor histórico y tradicional.

Dicha actualización consiste en incluir una nueva calificación: «Bienes culturales de carácter Histórico y Etnológico como patrimonio mueble, inmueble e inmaterial», que permita desarrollar políticas de protección de comercios y tiendas de Barcelona.

Protección del patrimonio

Desde la Confederación del Comercio de Cataluña también apuestan por la protección de los establecimientos emblemáticos. Sin embargo, Joan Ollé, presidente del colectivo API de Cataluña, considera que «el Ayuntamiento de Barcelona no se ha de meter. Todo el mundo tiene cosas que reivindicar en todos los sectores y no se pueden crear estos nichos de protección».