Educación
«Un alumno me empujó y me clavé una chincheta en el culo»
CSIF denuncia que el 90 % de los profesores convive con un clima de violencia en las aulas. Tres de cada diez docentes no tiene buena relación con las familias o bien es nula
El curso pasado, Icíar, profesora de Artes Visuales en un instituto de alta complejidad de las afueras de Vic, donde estudia un 80 por ciento de alumnos extranjeros, tuvo que ir una tarde de urgencias al CAP para que le miraran un golpe que se había dado en la espalda.
El curso pasado, Icíar, profesora de Artes Visuales en un instituto de alta complejidad de las afueras de Vic, donde estudia un 80 por ciento de alumnos extranjeros, tuvo que ir una tarde de urgencias al CAP para que le miraran un golpe que se había dado en la espalda. ¿Cómo? Un alumno la empujó en el pasillo, después de llamarle la atención por correr y gritar. No fue un empujón fuerte, pero tuvo la mala pata de darse con un radiador a la altura de las lumbares y como el dolor no remitía, prefirió que la visitara un médico. Icíar, nombre ficticio, porque la protagonista teme que la reconozcan, está acostumbrada a lidiar con alumnos difíciles que de entrada no respetan la autoridad del profesor dentro del aula.
«Muchos llegan a mitad de curso y necesitan un periodo de adaptación», los disculpa. Y lo hace porque cuando uno de sus alumnos triunfa, como un joven de origen magrebí que este verano ganó una beca para estudiar un mes en el Massachussets Institute of Technology (MIT), se olvida del día que le pusieron la silla llena de chinchetas y se clavó una en la nalga, de cuando no dejan de hablar o le faltan al respeto.
Este día a día que relata no es excepcional en las aulas. El 90 por ciento de los profesores catalanes reconoce que convive con situaciones de violencia en su centro escolar. El dato sale de una encuesta de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) realizada a más de 2.000 docentes entre noviembre de 2017 y enero de 2018 a través de Internet. El coordinador del área de educación del CSIF, Ferran Barri, precisó que los conflictos de los que hablan los profesores, no tienen por qué ser graves. «Son conflictos de más o menos intensidad», puntualiza, como levantarse sin pedir permiso, faltar el respeto, lanzar papeles o no dejar hablar. Los que llegan a los juzgados son una minoría, pero estas conductas disruptivas se repiten de forma constante y generan tensión entre el profesorado, que admite que tiene dificultades para ejercer su trabajo.
Lo que más preocupa es que van al alza. La encuesta viene a confirmar «lo que ya sabíamos», admitió Barri, que los profesionales cada vez se encuentran con más alumnos que les faltan al respeto y no respetan las normas de convivencia que debe haber dentro de las aulas. El objetivo es conseguir «violencia cero» y solucionar los conflictos por la vía pacífica. Como motivar al alumnado es básico para conseguir ambos objetivos, el sindicato apuesta por sumarse a la primavera pedagógica y ofrecer recursos al aprendizaje, más formación a los docentes para adaptarse a la sociedad moderna en la que vivimos. «La enseñanza tiene que ser activa y constructiva», subraya Barri. Tres de cada cuatro docentes lamenta a través de la encuesta que les falta autoridad en el aula. Además, el 31% de profesores de secundaria no tienen buenas relaciones con los alumnos, un dato que baja hasta el 10 por ciento en caso de primaria.
Más preocupante es que tres de cada diez profesores indiquen que no tienen buena relación con las familias o que es nula. «Estos resultados no hacen más que corroborar que el ejercicio de la docencia hoy en día no es tarea fácil y que un porcentaje significativo de docentes sufre en el día a día en su puesto de trabajo al no poder ejercer la profesión en las condiciones adecuadas para el correcto desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje del alumnado y estando sometidos a situaciones estresantes que pueden afectar a su salud», remarca el sindicato.
Para ofrecer ayuda a los docentes el sindicato ha creado CSIF Ayuda Profes con el objetivo de informar, asesorar y apoyar a los profesionales y mejorar así la convivencia escolar. En los tres meses que funciona el servicio ha atendido a 27 personas en conflictos relacionados con la relación con equipos directivos por presión, por problemas puntuales con familias o alumnos o para resolver la dificultad del control de la disciplina en el aula.
El CSIF no olvidó denunciar que la administración debe pagas extras a lso profesores, en algunos casos de hasta 5.000 euros.
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