Asuntos sociales

Un estudio de la UAB convence en Gambia contra la mutilación genital

La ablación cuadruplica las probabilidades de complicaciones en el parto

La mutilación genital femenina es una práctica ancestral que afecta especialmente a las niñas de África Subsahariana
La mutilación genital femenina es una práctica ancestral que afecta especialmente a las niñas de África Subsaharianalarazon

Mañana se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, una práctica que afecta a 140 millones de mujeres y más de 3 millones de niñas al año en África Subsahariana.

Mañana se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, una práctica que afecta a 140 millones de mujeres y más de 3 millones de niñas al año en África Subsahariana. Y, por ello, la Fundación Wassu, adscrita a la Universidad Autónoma de Barcelona, quiso dar a conocer ayer un estudio cuyas consecuencias son muy prometedoras.

La entidad, dirigida por la antropóloga Adriana Kaplan, se marcó como objetivo establecer, con datos científicos, la correlación entre la mutilación genital femenina y los problemas de salud en las mujeres afectadas. Analizaron los casos de 588 mujeres de Gambia, algunas habían sido víctimas de la ablación y otras no. Concluyeron que esta práctica ancestral multiplicaba por cuatro las probabilidades de sufrir complicaciones en el parto, tanto para la madre como para el hijo. Además, asociaron a la mutilación problemas crónicos como dismenorrea, dolor vulvar o vaginal, cicatrización anómala y problemas sexuales.

Datos científicos

La fundación, que realizó el estudio a petición de la vicepresidenta de Gambia, Isatou Bjie-Saidy, trasladó los resultados a los profesionales de la salud y los formó sobre las consecuencias, cómo actuar ante la mutilación y los problemas de salud que se derivan y la prevención. Éstos a su vez transmitieron, y siguen transmitiendo, estos conocimientos a la comunidad que tratan, a los imanes, los comunicadores y comadronas tradicionales, así como a las mujeres encargadas de realizar las mutilizaciones.

La forma de comunicar las conclusiones del estudio, «en cascada» y basándose en datos objetivos, permite que sea la propia sociedad la que cambie sus tradiciones desde el convencimiento y no por imperativo occidental. «Los datos científicos han permitido convencer a los líderes religiosos, porque para palabras, ya tienen las de Dios», señaló ayer Kaplan. Además, «hemos logrado que hagan suyo el discurso y que unos a otros se informen de lo peligrosa que es está práctica». En este sentido, para la antropóloga, «los avances son lentos porque estamos ante una tradición ancestral, pero los pasos son firmes».

El trabajo realizado en territorio catalán con ayuda de sanitarios, educadores y policía ha permitido que «todas las niñas con las que se ha llevado una tarea de prevención han vuelto sanas» del país de origen de sus padres, explicó Kaplan. La entidad estima que, en España, 10.000 menores corren el peligro de ser mutiladas, mientras que el 76 por ciento de las mujeres gambianas que residen en España han sido víctima de la práctica.