Subasta

Una subasta de altura

Christie's saca a la venta uno de los retratos más importantes de Anna Maria Dalí. Existe una réplica de la misma obra en una colección de Turín

Imagen de «Figura en una mesa», un cuadro de ecos picassianos, que fue presentado en 1925 en Dalmau
Imagen de «Figura en una mesa», un cuadro de ecos picassianos, que fue presentado en 1925 en Dalmaularazon

Anna Maria Dalí fue la musa anónima de su hermano Salvador cuando este empezaba a convertirse en algo más que un joven de aspecto bohemio con un talento que iba más allá del pintor. Su imagen como modelo anónima, a veces de sensuales formas que incluso impresionaron pictóricamente a Picasso y siempre con sus inconfundibles tirabuzones, se repite en numerosos óleos del joven Dalí.

Uno de ellos, realizado en 1925, será una de las principales estrellas de la subasta que el próximo miércoles tendrá lugar en la sala de subastas Christie's de Londres. La pieza, titulada «Figura en una mesa», se subasta con un precio de salida de 180.000 libras (285.480 dólares) y es uno de los pocos retratos pictóricos de Anna Maria que todavía permanecen en manos privadas.

La pieza nos devuelva a una de las etapas más fascinantes de aquel Dalí que ya había sorprendido con su trabajo a sus compañeros de la Residencia de Estudiantes, con Lorca y Buñuel a la cabeza, además de presentarlo en espacios tan interesantes como las Galerías Dalmau de Barcelona. Fue aquí donde el cuadro fue presentado por primera vez el mismo año en el que fue pintado. La pieza no oculta en ningún momento la gran estima que el pintor sentía por el genio de Picasso, una influencia cubista que queda de manifiesto.

La obra, pese a permanecer en manos privadas desde hace años, ha podido ser vista en diversas exposiciones, como las dos antológicas dedicadas a Dalí en Venecia y Filadelfia con motivo de su centenario en 2004.

Se sabe de la existencia de una copia o réplica en la colección Albaretto de Turín, aunque esta «versión» no aparece como validada por la Fundación Gala-Salvador Dalí en su catálogo razonado de la obra pictórica del artista de Figueres.

Anna Maria surge aquí con el vestido azul con el que su hermano la retrató alguna otra vez, como en un gran cuadro que se conserva en el Teatro-Museo Dalí. Tras su expresión, a veces infantil, pero siempre cómplice con el hermano genio, la primera musa arrastró una tragedia que la acompañó hasta el final de sus días. La llegada de Gala a la vida personal de Salvador destrozó el idílico escenario familiar de los Dalí en Cadaqués, algo que Anna Maria explicaría en un libro de memorias que distanció a los dos hermanos para siempre.

El biógrafo del artista, Ian Gibson, pudo entrevistar en varias ocasiones a Anna Maria en su casa de Cadaqués. En declaraciones a este diario, Gibson rememoró a aquella mujer como «una persona muy cálida, simpática y abierta. Se podía percibir el sufrimiento, la ruptura que hubo en su vida. Tenía una voz muy catalana, pero llena de matices». Anna Maria vivió rodeada de recuerdos del pasado. «Me acuerdo cuando la visité con el crítico Rafael Santos Torroella y nos dijo que tenía una película filmada por Buñuel. Y así fue, nos sacó un rollo guardado en una caja de galletas con el padre de los Dalí como protagonista», apuntó Gibson.