Barcelona
Veto al cigarrillo electrónico
El Govern prohibirá antes de 2014 su uso en hospitales, escuelas y edificios públicos. Salud presentará un anteproyecto de ley para equiparar el dispositivo al tabaco convencional
BARCELONA- Se desconocen sus efectos a medio y largo plazo. No existe regulación alguna sobre su uso. Y, poco a poco, son más las personas que, por un motivo u otro, deciden dejar de fumar y comenzar a vapear (verbo acuñado por quienes consumen cigarrillos electrónicos). Algunos, incluso, lo hacen en lugares donde encender un cigarrillo convencional está prohibido desde hace años. Por ello, y ante los primeros estudios que demuestran los efectos nocivos a corto plazo de los cigarrillos electrónicos, la Generalitat ha querido tomar cartas sobre el asunto.
Planta de Neumología de un hospital concertado catalán, dos mujeres que comparten habitación conversan cuando la hija de una de ellas saca del bolso un cigarrillo electrónico. Pretende darle dos pipadas en la habitación, aunque accede a irse al lavabo «para no molestar». En un autobús urbano de Barcelona, el conductor pide a uno de los pasajeros que deje de vapear. El chico accede a ello, pero su padre que lo acompaña agrede al conductor al considerar que le había faltado el respeto a su hijo.
Estas son algunas de las estampas con las que quiere acabar la conselleria de Salud. Porque, además de desconocerse sus efectos, la proliferación de estos sustitutivos puede echar por tierra todo lo avanzado en los últimos años para erradicar el tabaquismo y ser una puerta de entrada para el consumo de estos tóxicos por parte de las nuevas generaciones, según el consejo asesor sobre Tabaquismo al que la conselleria de Salud ha consultado.
Cataluña será la primera en regular, a nivel español, este producto y lo hará equiparándolo al tabaco. «No existe ninguna normativa y como nadie se está moviendo, hemos decidido avanzarnos y actuar allí donde tenemos competencias», explicó ayer el director general de la Agencia de Salud Pública de Cataluña, Antoni Mateu. Salud propondrá así un acuerdo de Govern para prohibir su consumo en espacios públicos como hospitales, colegios o los propios edificios de la Administración catalana. El objetivo es que el veto sea efectivo antes de final de año. Además, Salud ya está trabajando en un anteproyecto de ley, que llevará ante el Parlament, para «prohibir la venta a menores y equiparar las restricciones de la publicidad, el patrocinio y el uso, a las del tabaco». Todas estas medidas parten de las recomendaciones del consejo asesor sobre Tabaquismo, consideraciones que la Generalitat hará llegar al Ministerio de Sanidad.
«No existe ninguna evidencia» tampoco de que el cigarrillo electrónico sea un instrumento fiable para dejar de fumar. La persona sigue consumiendo nicotina y no abandona los hábitos psicológicos, sociales y gestuales, asociados al tabaco. Más aún, no existe control sobre la producción de los líquidos que utilizan estos cigarrillos.
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