Literatura
Ángel Gómez de Ágreda: «Las nuevas tecnologías potencian nuestro 'yo' más animal»
El coronel del Ejército del Aire y escritor celebra el 70 aniversario de 1984 con un ensayo sobre el Orwell más actual
Desde que Orwell escribió «1984», el mundo se ha mirado en el espejo constantemente, con el terror de observar cómo las profecías de aquella novela distópica podían llegar a cumplirse. Hoy, en el setenta aniversario de su escritura, la profecía parece que está más cerca que nunca de cumplirse. Ángel Gómez de Ágreda es coronel del Ejército del Aire, ha sido jefe de cooperación del Mando Conjunto de Ciberdefensa y es representante español en el Centro de Excelencia de Cooperación en Ciberseguridad de la OTAN. Es uno de los máximos conocedores del funcionamiento militar y la geoestrategia en nuestro país, y ha encontrado en este especial y señalado aniversario literario la ocasión idónea para analizar cómo Orwell, más allá de la fecha del título, erró en pocos aspectos.
-Más allá de la efeméride, ¿por qué Orwell y no Huxley?
-La excusa, efectivamente, es el aniversario. Seguramente nos parecemos más al mundo de Huxley, en cuanto a que se nos condiciona y se nos vende un relato desde el principio, se nos explica lo que nos tiene que gustar. También tenemos ese soma, esa droga que aplicaba Huxley, que hoy es el pan y circo que hace que hoy nos preocupemos por cosas secundarias.
-Va a acabar siendo cierto eso de que «1984» no va a pasar nunca de moda.
-Pasará de moda cuando lo hayamos superado y lleguemos a la distopía. Llegará un momento en el que lo que se narra en «1984» será pasado, y añoraremos una sociedad así. Es un modelo social, una manera de entender la sociedad. Ni «1984» ni «Mundo Orwell» van sobre tecnología: la tecnología es algo que se aplica para controlar a la sociedad. Ambos describen relaciones entre personas y grupos.
-¿Cómo ha sido el proceso de creación de este ensayo?
-Casi todos los libros que vi de este estilo trataban un tema concreto: privacidad, tecnología, «smart cities», las nuevas guerras... Pero ninguno describía el conjunto de la sociedad, las consecuencias de la nueva tecnología en la vida de las personas. Me apetecía escribir un libro en el que pudiéramos ver cómo podemos regular y hacer frente a este mundo nuevo.
-¿El tono del ensayo es pesimista?
-No pretende serlo. El último capítulo se titula «Un toque de optimismo», y pretende dar recetas para que no lleguemos a un mundo pesimista. Tenemos por delante un mundo con inmensas posibilidades. El libro no pretende asustar, sino concienciar.
-La primera cita del libro es clave para entenderlo: tenemos herramientas de dioses, pero emociones del Paleolítico e instituciones del medievo.
-No hay una comprensión por parte de las instituciones del nuevo mundo que está configurando la tecnología. Tardan muchísimo en adaptarse. Seguimos teniendo un yo animal, unas emociones y sentimientos muy vulnerables. Las nuevas tecnologías potencian estas características, siguen potenciando nuestro yo más animal.
-Si Facebook apareciera en «1984» nos aterraría profundamente.
-(Ríe) No aparece como tal porque Orwell atribuye al Estado las características agregadas de un facebook y un estado. Vamos hacia un mundo en el que los datos los controlarán las grandes empresas y los estados actuarán como intermediarios, de agentes, de reguladores. Ese fue el gran error de Orwell.
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