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Banco de Valencia mantendrá su nombre en Valencia y Castellón

Uno de los pequeños accionistas a la Junta, muestra su malestar ayer en uno de los momentos más tensos de la reunión
Uno de los pequeños accionistas a la Junta, muestra su malestar ayer en uno de los momentos más tensos de la reuniónlarazon

Banco de Valencia seguirá llamándose de este modo en sus oficinas de Valencia y Castellón, no así en las alicantinas. Así lo anunció ayer el nuevo presidente de la entidad, Marcelino Armenter, al inicio de la Junta de Accionistas que se celebró para aprobar la fusión por absorción de CaixaBank con la entidad valenciana.

Lo cierto es que lo de ayer era un mero trámite. Los más de 3.300 accionistas que acudieron a la Junta, la última del Banco de Valencia como entidad independiente, tenían realmente poco que decir sobre la operación, puesto que CaixaBank es poseedora del 98,9 por ciento del capital social de la empresa, mientras que los minoritarios representan tan solo el 1,1 por ciento.

Por ello, su oposición total y radical a lo que ellos consideran una expropiación y una estafa, no sirvió de nada. Uno de los momentos más tensos de la Junta se produjo cuando Armenter anunció que el canje será de una acción de CaixaBank por 479 del Banco de Valencia. Cientos de los presentes empezaron a proferir gritos e insultos en un largo abucheo que impidió al presidente del banco seguir con su discurso durante cerca de cinco minutos.

Armenter explicó que ese canje se justifica en la «desproporción» del elevado número de acciones existentes de Banco de Valencia y su patrimonio frente a las de CaixaBank y sus activos.

Asimismo, la acción pasa de tener un valor de 0,20 céntimos a 0,00553, una reducción que Armenter justificó en el «valor real del Banco» y recordó que el FROB lo tasó negativamente.

Pero las explicaciones del presidente no convencieron a ninguno de los allí presentes que insistían en que habían perdido los ahorros de toda una vida, en la mayoría de los casos para dejarlos como herencia a sus hijos, por la mala gestión de los anteriores consejeros. Otra de las quejas de los minoritarios fue el alto número de vigilantes de seguridad presentes en la sala, algo que interpretaron como un insulto puesto que ellos no son «salvajes ni animales», dijeron.

El nivel de descontento fue tal que la mayoría de los asistentes abandonó la sala poco antes de las votaciones. La portavoz de la Plataforma de Afectados de Banco de Valencia, Begoña Salcedo, animó a los pequeños ahorradores a adherirse a la asociación y luchar hasta el final por su dinero.