Doce años de prisión para siete acusados de matar a un hombre en el bulevar Sur

La sentencia considera probado que los acusados apalearon a la víctima y le clavaron cuatro puñaladas mortales. Todo ello debido a una deuda por el robo de un kilo de marihuana

La Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a doce años y medio de prisión a siete de los acusados de la paliza y el apuñalamiento mortal de un hombre frente al hospital La Fe de Valencia en febrero de 2016.

En la sentencia se considera probado que el crimen se produjo porque los acusados pensaban que la víctima les había robado una cantidad importante de marihuana.

La Sala les considera autores de un delito de homicidio con la agravante de abusos de superioridad, después de que un jurado popular emitiera para ellos un veredicto de culpabilidad.

A otros dos hombres, que facilitaron a los anteriores la localización de la víctima, el tribunal les impone una pena de dos años de prisión como cómplices del mismo delito con la atenuante de confesión.

Los condenados deberán indemnizar con 130.000 euros a cada una de las dos hijas del fallecido y con 70.000 euros a su mujer.

Los hechos sucedieron el 16 de febrero de 2016, cuando la víctima quedó con uno de los cómplices del homicidio para pagarle una deuda de 120 euros adquirida por la reparación de una moto.

El acusado, que no se atrevía a enfrentarse a solas con la víctima, con la que no tenía una buena relación, avisó a su hermano, también considerado cómplice de estos hechos, a fin de que le acompañara.

El hermano se encontraba en el cementerio de Benimàmet, en el entierro de un familiar, junto a los otros siete condenados, quienes también estaban buscando a la víctima para vengarse de un supuesto robo de marihuana.

Esos siete acusados acompañaron a ambos hermanos a la cita con el fallecido, que se encontraba en el Hospital de la Fe para hacerle las pruebas de alergia a una de sus hijas, de cuatro años.

Cuando le localizaron, le golpearon en la cara y en la cabeza con palos y una porra, y le dieron cuatro navajazos, dos de ellos mortales. Los asesinos no tuvieron la más mínima consideración con el hecho de que la hija de la víctima estuviera presentes, concretamente, en el asiento de atrás, cuando apalearon y mataron a su padre.