
Dana
El frío invernal golpea a los hogares afectados por la dana: "Vamos con la chaqueta en casa"
La humedad agrava la sensación térmica en una zona en la que muchos hogares todavía carecen de servicio de calefacción

La brutal caída de las temperaturas hasta unos gélidos 12 grados, acompañados por una alta humedad en puntos de la provincia de Valencia, han provocado que se haya registrado el día más frío del año. Una situación que golpea y afecta con más dureza a los municipios que quedaron afectados por las inundaciones provocadas por la dana del pasado 29 de octubre, y que mantiene todavía sin servicio de calefacción a cientos de hogares de la provincia.
Al igual que Marta, una vecina de 22 años de Paiporta, muchos son los ciudadanos que afrontan esta repentina caída de temperaturas de la forma más austera posible. "No tenemos calefacción y lo estamos notando muchísimo. Mi abuela está postrada en una cama, y en casa la humedad hace nos cala los huesos. Vamos con mantas y chaquetas por casa intentando abrigarnos, pero no es lo mismo que con calefacción".
Como ella, muchas personas todavía no tienen servicio que les permita aclimatar su vivienda, bien porque la zona está muy dañada o bien porque todavía no se ha podido acceder a la vivienda. Javier, otro vecino de la misma localidad de 77 años relata cómo se ha anticipado el "frío invernal", más propio del mes de enero. "La gente se tiene que apañar con batines y mantas, porque todavía hay mucha gente que no tiene servicios".
Resulta también difícil para Vanesa, una madre de dos niñas que, por el momento, no tiene más remedio que abrigarlas con la ropa que le han dado. "Con la ropa que nos ha ido donando la gente he podido ir apañando a las niñas. También usando ropa de otros años, pero mucha ya les queda pequeña, y no les sirve". Esta situación, además, se agrava con la nocturnidad. "Ahora, a las seis de la tarde ya es de noche, por lo que todo lo que tengas que hacer tiene que ser antes, porque en muchas zonas sigue sin haber luz".
Su hija pequeña tiene apenas un año, y no va a la guardería, porque todavía no ha reabierto. "Hay una abierta a las afueras de Paiporta, pero tiene una lista de espera interminable. Yo estoy de permiso por tener hijos menores. La mayor va en autobús a un colegio de Alaquàs. Nuestra vida se paralizó el 29 de octubre, y con ellas es mucho más complicado".
Finalmente, Antonia y su madre Magdalena de 90 años, aseguran que nunca habían vivido nada parecido. "Hasta que el pueblo sea lo que era, todavía hay mucho barrio que limpiar". "Llevo desde los 17 años aquí, y esto es la primera vez que lo veo". Pasan el frío como pueden, al igual que otros muchos vecinos, tapadas con mantas y sin calefacción. "Vivo en un segundo piso, y gracias a dios no he perdido la casa, pero mi hijo lo ha perdido todo, no tienen ni estufas, ni calefactores ni nada. Esto es como si fuera la guerra, pero sin bombas".
Y por supuesto, ni hablar de la Navidad quieren. "Este año no tenemos nada que celebrar".
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