El año cero del proyecto urbanístico que cambiará Valencia

La primera parte del Parque Central, la que no está afectada por el soterramiento de las vías, saldrá a licitación en breve, una vez se obtenga la refinanciación del proyecto, un hecho que podría darse la próxima semana. Arrancaría así el gran proyecto que tiene pendiente Valencia y una de las grandes apuestas de la alcaldesa Rita Barberá. Ayer la primera edil no podía ocultar su satisfacción y cierto alivio tras obtener el apoyo financiero del Ministerio de Fomento.

La llamada de Gonzalo Ferre, presidente de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España, entidad pública empresarial dependiente del Ministerio) tenía como objetivo comunicar a Barberá que el Gobierno ya se ha puesto en contacto con los bancos con el fin de poder cerrar a la mayor brevedad posible, probablemente la semana que viene, la cifra de interés para sacar a licitación el cuarenta por ciento del parque.

También se habló de la solución «más económica» propuesta por el Ayuntamiento para el soterramiento de las vías de AVE, y, según Barberá, Fomento se comprometió a estudiarla a fondo, aunque con lo planteado por el Consistorio la obra asciende todavía a mil millones de euros.

Recuperar y conectar

Asimismo se discutió reducir la línea de reserva de la infraestructura ferroviaria, un tema meramente técnico, pues cuando se aprobó el Plan de Actuación Integrada (PAI) de la zona se incluyó en esa línea de reserva parte de las edificaciones de la avenida García Lorca.

La del Parque Central de Valencia es la operación ferroviaria y urbana de mayor impacto urbanístico de la capital. El objetivo del ambicioso proyecto, con un presupuesto millonario, es no sólo recuperar una zona degradada, sino hacer de ella un ejemplo medioambiental y sostenible del que disfruten vecinos y turistas.

Para ello, el plan no solo contempla el parque diseñado por la reconocida arquitecta Kathryn Gustafson, sino que supone un nuevo bulevar y la ganancia de permeabilidad -gracias al soterramiento de las vías férreas- de los barrios del sur, atrapados ahora por el límite de las vías que les impide una buena relación en sentido este-oeste.

Las mejoras viales permitirán finalmente la vertebración de Valencia ya que conecta las Grandes Vías (Fernando el Católico y Ramón y Cajal con Germanías y Marqués del Túria, eliminando el paso inferior), al mismo tiempo que suprime el paso elevado que une las avenidas de Giorgeta y la de Peris y Valero.

Pero sin duda alguna, la actuación estrella es la del parque. Y no uno cualquiera. Si Nueva York tiene su Central Park, Valencia quiere su Parque Central.

Hace justo tres años, la propuesta del equipo Gustafson Porter Limited-Borgos Pieper Limited-Nova Ingeniería y Gestión- Grupotec Servicios de Ingeniería ganaba el concurso para el diseño y redacción del proyecto de urbanización del citado espacio.

El diseño establece que la actual estación del Norte se conserve como un edificio histórico más, pero la terminal a la que hoy llegan los AVE desaparecerá. Así, junto al parque se alzará la Estación Central, conectada con la red de metro de Valencia y a la que también llegarán los cercanías.

El diseño de Gustafson, que lleva por título «Aigua plena de seny», verso del poeta valenciano Ausiàs March y que significa «Agua llena de sentido», fue la propuesta que menos superficie dura» contemplaba, apenas un quince por ciento del total, un aspecto que inclinó la balanza hacia la idea de la arquitecta y paisajista norteamericana.

El parque de Gustafson tiene como protagonista el agua, que se hace presente a través de una idea que la arquitecta ha tomado de L'Albufera de Valencia, los «ullals», nacimientos naturales de agua. A partir de ahí, el parque vertebra los diferentes espacios verdes con los equipamientos a través de caminos y jardines, que incluso contarán con un área con los cultivos típicos de la huerta valenciana.

Sus responsables quieren que sea un espacio equilibrado, sereno, coherente y armonioso. En definitiva, «un parque para la historia».