Valencia

El número de atendidos por Cáritas baja un 14% por el regreso de inmigrantes a sus países

La ONG alerta de que dos de cada diez trabajadores son pobres y que aumenta la desigualdad

Protesta en la ciudad de Valencia en defensa del derecho a una vivienda digna
Protesta en la ciudad de Valencia en defensa del derecho a una vivienda dignalarazon

Las ayudas de Cáritas en la diócesis de Valencia llegaron el año pasado a casi 87.000 personas, una cifra que supone el 14 por ciento menos que en 2013. La principal causa de este descenso es el regreso de muchos inmigrantes a sus países de origen ante la imposibilidad de encontrar trabajo. Por contra, el número de españoles que se benefician de los programas de Cáritas sigue creciendo, llegando a ser el 54 por ciento del total de usuarios de esta ONG.

El informe anual de Cáritas desvela también que cuatro de cada diez atendidos lleva más de tres años acudiendo a estos servicios y que entre un 15 y un 20 por ciento de trabajadores son pobres.

Por ello, la entidad propone a los Gobiernos implicados en la lucha contra la pobreza no solo que se garantice el empleo digno, sino que se amplíe la renta mínima para que llegue a todas las familias sin ingresos y que se establezcan cláusulas sociales en la contratación pública para posibilitar la entrada de empresas de economía social. Asimismo, reclama la firma de un pacto social entre administración, oenegés y plataformas del tercer sector a fin de redistribuir los recursos y priorizar el gasto social. Porque según recoge el estudio, la riqueza generada llega solo a las rentas más altas, lo que provoca una mayor desigualdad.

En este contexto de «paro elevado, más pobres en extensión e intensidad, una recuperación débil y un mercado de trabajo cerrado para algunos colectivos», Cáritas detecta que la persistencia de la crisis está prolongando el sufrimiento de las familias, «que no encuentran respuestas eficaces de protección». Y no solo en lo esencial, pues también existe una pobreza secundaria. En este sentido, explicaron que esta situación económica ha llevado a muchos a modificar sus hábitos de alimentación y de ocupación de tiempo libre. «Los niños no pueden quedarse al comedor escolar, ni hacer actividades escolares, y muchas familias se ven obligadas a cambiar o compartir vivienda porque no pueden afrontar los gastos», señaló ayer al respecto la secretaria general de esta entidad, Fani Raga.

Con todo, la resiliencia de estas personas es admirable, apuntaron desde la ONG, pues, aunque la cuarta parte cree que ha llegado al límite de sus fuerzas, la mayoría se mantiene optimista. De hecho, la mayoría (el 56,5 por ciento) cree que la situación se mantendrá igual o mejorará.

Ni familia, ni amigos

Las personas con recursos insuficientes reciben auxilio principalmente de sus familias, después, de las entidades sociales y, finalmente, de los amigos. No obstante, un 37 por ciento de los que la necesitan ayuda no la obtienen por ninguna de estas partes. En cuanto al perfil de los usuarios, las que más demandan los servicios de Cáritas son mujeres solas y parejas jóvenes con hijos, inmigrantes en situación irregular y ancianos que acogen a sus hijos y nietos.