Dos años de la victoria del PP
En el buen camino
Desde que comenzó la crisis económica y empezamos a dejar tantas cosas por el camino, a ver cómo familiares, amigos y conocidos perdían el trabajo sin el cual es tan difícil poder vivir dignamente, he aprovechado la llegada de cada festividad del 9 d'Octubre, de cada día grande de la Comunidad Valenciana, para hacer una invocación a la unidad y a la esperanza más allá de nuestras diferencias, de nuestros desencuentros, de esas discrepancias entre valencianos, que también forman parte de nuestra personalidad como pueblo y que, igualmente, en el esfuerzo colectivo por resolverlas a través del diálogo y la búsqueda de entendimiento, contribuyen a que la valenciana sea una sociedad viva y dinámica.
La conmemoración del 775 aniversario de la conquista de Valencia por el rey Jaime I llega con notables indicios de que lo peor ya ha quedado atrás, de que el principio de la recuperación económica es una realidad y va a continuar -ya lo verán- durante los próximos meses, conduciéndonos de nuevo a la senda de la creación de riqueza y empleo, a recuperar poco a poco, y no sin esfuerzo, lo que hemos perdido durante estos años aciagos en los que era mucho más difícil ser optimistas. Algo está empezando a cambiar, y así lo demuestran indicadores económicos tan fiables como el aumento del turismo y de las exportaciones o la mejora de actividad del sector minorista.
El Gobierno de España ha hecho sus deberes, y va a continuar haciéndolos, en una tarea necesaria que ha contado con la total e imprescindible colaboración de los gobiernos autonómicos y también de los gobiernos locales. En el Ayuntamiento de Valencia nos sentimos orgullosos de haber sido pioneros en la puesta en marcha de medidas de ahorro y austeridad, de desarrollo de iniciativas para favorecer y agilizar la implantación de nuevas empresas, para promover la innovación y el emprendimiento, que ya están produciendo los esperados frutos en una ciudad que ni en los peores momentos ha dejado de dar muestras de vitalidad y potencia, ni ha renunciado a impulsar proyectos cargados de futuro para aumentar nuestro atractivo y nuestras posibilidades dentro de la difícil competencia entre ciudades.
Estamos en el buen camino, y nada puede ni debe apartarnos de él, porque no podemos permitirnos el lujo, por mucho ruido que haya a nuestro alrededor, de olvidar cual es nuestro cometido y tarea primordial: seguir trabajando por Valencia, sin descanso, minuto a minuto, día a día, porque Valencia es el gran objetivo y la gran pasión. Cada 9 d'Octubre nos sentimos orgullosos de pertenecer a esta tierra, de ser hijos de este pueblo que ha sabido dar ejemplo de cómo es posible ser diferentes, con una cultura y una lengua propia forjadas en el transcurso de los siglos, siendo a la vez leales y fieles a una nación, España, a cuyo progreso hemos dedicado los mejores esfuerzos.
Y todo esto, toda esta lealtad de los valencianos a España, a la Constitución y a la democracia, es perfectamente compatible con ser un pueblo reivindicativo, que reclama, como en el caso de la financiación autonómica y local, aquello que creemos que es justo y que en justicia nos corresponde para no ser discriminados y recibir un trato desigual frente a otros.
Este es el camino, el buen camino, en el que cree el pueblo valenciano: el de la justicia y la igualdad, sin poner en tela de juicio, en ningún caso, nuestra pertenencia a España, una gran Nación.
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