Financiación autonómica
Fabra relaja los ajustes bajando impuestos y con nuevas inversiones
Medidas para incentivar la economía, mayor control para garantizar que en la Administración no se malgasta ni un solo céntimo, y mantener las reivindicaciones frente al Gobierno central. Estos fueron los ejes sobre los que versó la intervención del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, en su segundo Debate de Política General.
El anuncio que más llamó la atención fue el de la bajada de seis impuestos. Primero, porque las arcas públicas siguen obteniendo pocos recursos, y segundo, porque excepto uno, que beneficiará a las familias numerosas, el resto va destinado a reactivar la economía, a favorecer la creación de empleo abandonando por completo la cultura de la subvención.
«El dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos». Para el próximo año, los valencianos contarán con una nueva deducción autonómica en el IRPF por obras de mejora en la vivienda; una bonificación del 100 por ciento del impuesto de actos jurídicos documentados, «para que las empresas que quieran refinanciar sus deudas no paguen un euro por este tributo», así como una bonificación para jóvenes emprendedores, también del cien por ciento del impuesto de actos jurídicos documentados. Esta última «eliminará el coste fiscal de los préstamos y créditos que necesiten para la adquisición de sus sedes o locales empresariales».
Además, se prorrogan las exenciones y bonificaciones para los empresarios en determinadas tasas de la Generalitat y se introduce una deducción del diez por ciento en el IRPF por realizar donativos a Universidades y organismos públicos en investigación.
Para las familias numerosas, se amplía el límite de renta en las deducciones con el objetivo de aumentar en 3.000 los beneficiarios.
Presentó también otro importante bloque de medidas para reactivar la economía, tales como la ampliación de la libertad de horarios comerciales a toda la región, de modo que sean los Ayuntamientos los que decidan si quieren aplicarla o la puesta en marcha de un plan Extraordinario de Infraestructuras Sociales, que se ejecutará en los próximos tres años dotado con más de 500 millones de euros.
Este plan supone un importante cambio en la política de Fabra, puesto que hasta el momento, la austeridad había obligado a paralizar la construcción de toda nueva infraestructura y las obras se limitaban, como mucho, a acabar lo que estaba comenzado.
Fue un discurso en el que no buscó directamente el enfrentamiento con la oposición, es más, consciente de que los ciudadanos exigen soluciones, les pidió que no entrasen en descalificaciones, sino que argumentaran sus propuestas. Este ruego cayó en saco roto, tal y como se comprobó a lo largo de la jornada.
Fabra admitió que queda mucho por hacer, presentar otro escenario diferente hubiese desatado la ira de la oposición, pero aseguró que la situación mejora cada día. «Ya dije que 2013 sería un año de inflexión» y enumeró los datos positivos ya conocidos.
Menos ajustes
Aun así, la austeridad y el control seguirá reinando en la Generalitat. Una excepción, la convocatoria de 300 plazas de docentes antes de que finalice la legislatura y la incorporación de 500 profesores procedentes de la bolsa de interinos para poner en marcha el plan «Éxit» de mejora de rendimiento académico en Secundaria. Además, confirmó que los 140.000 funcionarios de la Generalitat cobrarán su paga de Navidad.
El presidente es consciente de que los recortes no venden, de que las pancartas se han instalado en la sociedad y que debe demostrar que pelea por mantener la educación, la sanidad y las políticas de bienestar social. En este punto sí que fue duro con la oposición. Les acusó de generar «temor» entre los ciudadanos con falsas amenazas.
Completó este argumento anunciando una Ley de Transparencia para fiscalizar a toda la Generalitat y con la eliminación de la indemnización, de tres sueldos, que reciben los altos cargos que cesan.
La más que esperada defensa de un cambio de modelo de financiación también tuvo su lugar. Se comprometió a defender los interese de los valencianos «gobierne quien gobierne en Madrid» y a proteger las señas de identidad de un pueblo al que animó a salir con su senyera el próximo 9 d' Octubre. «Si ustedes- a la oposición, no lo sienten así, díganoslo, no nos engañen. Nosotros sí sabemos lo que queremos ser».