Valencia

La obra de Sebastián Nicolau, un espacio para la meditación

¿De qué hablamos?. «Land: Sebastián Nicolau» es el título de la muestra que reúne en la Fundación Bancaja medio centenar de obras en las que se muestra la evolución del artista durante más de tres décadas

El artista Francisco Sebastián Nicolau (i), junto al presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón (c), y el comisario de la muestra, Alfonso de la Torre (d)
El artista Francisco Sebastián Nicolau (i), junto al presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón (c), y el comisario de la muestra, Alfonso de la Torre (d)larazon

¿De qué hablamos?

«Land: Sebastián Nicolau» es el título de la muestra que reúne en la Fundación Bancaja medio centenar de obras en las que se muestra la evolución del artista durante más de tres décadas

Volver a reflexionar sobre una idea (obra) para completarla, mejorarla, variarla, modificarla..., porque el artista hace la misma obra durante toda su vida. Así se podría resumir la exposición que ha organizado la Fundación Bancaja. «Land: Sebastián Nicolau» recoge un total de cincuenta obras del artista Francisco Sebastián Nicolau (1956), considerado como un hombre del Renacimiento contemporáneo en el que se mezclan para la creación todo tipo de técnicas para que el espectador se embriague con la contemplación y ponga en cuestión la propia realidad de los que está observando. «El espectador en realidad no sabe si lo que ve está pintado, es una escultura o si existe».

En realidad la muestra en su conjunto es un espacio para la meditación. Así lo define el comisario de la exposición, Alfonso de la Torre, quien describe al autor como un artista influenciado por la cultura visual, el cine, la música, la escritura.... «Un hombre con la cabeza en llamas».

Obsesionado por la evolución y la reflexión, una y otra vez, sobre aquello que va creando. Sobre su evolución. «Somos los mismos a lo largo de la vida y sin embargo ni una sola célula conservamos de nuestro pasado, y aun así somos los mismos».

Así se ha gestado la exposición de la Fundación Bancaja. La mayoría de las obras expuestas han sido creadas especialmente para la muestra pero todas ellas gira en torno a la evolución de piezas creadas hace 25 o 30 años, para general un círculo en el que no hay principio ni final, sino diálogo entre todas ellas. Las nuevas y las que nacieron en otra época. Es su manera de hacer crecer la obra.

El propio autor revisa su creación desde el estilo figurativo del principio hasta el abstracto que centra esta última etapa.

Es, como él mismo señala, «a partir de obras anteriores crear la nueva con referencias de la anterior».

El nombre de la exposición: Land, no significa solo paisaje. Es «un viaje circular en el que las obras se han ido convirtiendo a lo largo del recorrido en referencias para las siguientes. Autorreferencial».

Por primera vez el creador ha podido mostrar ese significado reuniendo piezas de diferentes etapas relacionadas en un montaje que evidencia en la nuevas piezas la latencia de otras pretéritas.

Un cuidado montaje

Se ha cuidado el montaje de la muestra para convertirlo por sí mismo en una pieza más de la exposición. Estructurado en cinco espacios donde cada uno de ellos es un círculo que se enlaza con el siguiente. «Me gusta pensar que todo funciona como un círculo. No saber cuando empieza y cuando acaba porque todo continúa».

Su trabajo está basado en la realidad y en la ficción, sin descubrir donde está cada una de ellas.

La exposición está concebida no tanto como la reunión de estas obras sino como una total conformada por todas ellas. «Por eso el recorrido tiene la intención de dar la misma sensación que genera el acercamiento a cada pieza individual. Un diálogo con el espectador que va descubriendo poco a poco el significado de cada una». También hay una tercera línea en la que la fotografía y el audiovisual tienen cabida. «Desde ellos exploro la relación entre realidad y ficción en proyecciones de vídeo».

Iconográficamente el pliegue, el doble, la luz y la sombra recorren caminos sobre materiales diversos como el dibujo, el óleo, el aluminio o la cerámica. Una pieza suspendida, leve, en espacio creado solo para su contemplación o una grande de más de cuatro metros encajada entre paredes impidiendo el paso y generando la visión exacta de lo que vemos y la intuición de lo que oculta detrás son algunas de las obras de gran formato hechas para este espacio.