Objetivo claro

Van con el objetivo fijo. Conseguida la unidad de la lengua, se trata de lograr la inmersión lingüística. En la práctica todos los alumnos de la Comunitat aprenden ya el catalán, con lo que en unos años habrán culminado ese propósito. No lo digo yo, lo reconocen los promotores, especialmente de Compromís. Ahora, sin prisa pero sin pausa como decía Arias Navarro, todo se dirige a que ese valenciano sea la lengua vehicular en el educación de las tres provincias.

A lo que iba. La nueva Ley del plurilingüismo señala en primera instancia que castellano, valenciano e inglés serán obligatorios al 25 por ciento cada uno. El otro 25 a elegir. ¿Por quién? Por los padres no.

Sin embargo, leyendo atentamente la Norma, en su artículo 11 se señala claramente que «la Conselleria competente.... promoverá que los centros educativos sostenidos con fondos públicos vehiculen el 50 por ciento del tiempo curricular en valenciano». Dirán lo que quieran, pero así comenzó todo en la tierra de nuestros vecinos del norte, como acusaba ayer el «Foro por el Derecho a elegir la Lengua», con el que no han dialogado. Ni con ellos ni con ningún otro que no fueran de su cuerda.

No quiero pasar por alto que desde Compromís defendiera la Ley Josep Nadal, quien hizo una proclama en favor de los presos golpistas catalanes y hablaba de que España está paralizada por un enfrentamiento guerra-civilista. Quizá se refería al que él desearía, siempre que pudiera cambiar o resarcirse de la Historia.

Lo de Alexis Marí, prófugo de Ciudadanos, sumándose al tripartito con su voto y el de sus mariachis, tiene un nombre y no es precisamente para presumir. Espero que, por más promesas que tengan, Roma no pague a traidores y les queden 15 meses de vida política. Así es la vida.