Pamplona

Prestar atención

La Razón
La RazónLa Razón

En las familias se presta mucha más atención al niño problemático, al que suspende, al que desobedece, etcétera, que al que saca buenas notas. Parece que esa sea su obligación y se limita a cumplirla al aprobar las asignaturas.

Sin embargo el que suspende... claro, «es que la materia es muy difícil», «es que el profe le tiene manía», «es que necesita apoyo pedagógico el pobrecito», y así un largo etcétera. A todas las personas les gusta recibir atención, y más aún a los niños, por lo que este tipo de actuaciones mandan un mensaje claro a aquel que lo hace bien: «Si quieres atención, has de hacer cosas malas. Si te portas bien no te harán caso». Por esa razón, en muchas ocasiones, un niño conflictivo provoca que los que se portan bien acaben creando otros problemas.

Para Alain Cardon, uno de los «coaches» de equipos con más prestigio de Europa, en los grupos de trabajo sucede lo mismo que en las familias. El líder presta mucha más atención al empleado conflictivo que al que no presenta problemas de ninguna clase y, a su juicio, esa actitud del líder debería cambiar ignorando completamente al conflictivo y premiando con su atención al que no presenta problemas, ya que todos los empleados buscan la atención de sus líderes.

Un ejemplo de esto lo tenemos en el incidente ocurrido en Pamplona el pasado sábado durante el «chupinazo» que da comienzo a las fiestas de San Fermín.

Cierto es que los medios de comunicación en general recogen habitualmente este momento, pero la «cancha» que se ha dado al incidente, hace que los promotores del mismo se vean más que satisfechos por la atención conseguida, como el niño que suspende o el empleado conflictivo.