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Puig inicia su mandato con disputas con Oltra por la inmersión lingüística
El ya presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha advertido al Gobierno tras jurar su cargo, que no tolerará "ninguna discriminación más ni en financiación autonómica ni en inversiones".
El aire festivo que reinó ayer durante la toma de posesión del socialista Ximo Puig como presidente de la Generalitat Valenciana se esfumó cuando PSPV y Compromís retomaron las negociaciones sobre quién debe ocupar la cartera de Educación.
El pacto alcanzado entre ambos partidos para distribuir las competencias en el Consell alcanzó el pasado sábado momentos casi tan tensos como cuando Puig amagó con gobernar con Ciudadanos ante la insistencia de la líder de Compromís, Mónica Oltra, de ocupar la presidencia.
En esta ocasión se señala al Bloc Nacionalista Valencià (Bloc) –el partido mayoritario dentro de la coalición que conforma Compromís– como único culpable, puesto que exige elegir al futuro conseller de Educación, de lo contrario, amenazan con no formar parte del Gobierno. «Hemos sufrido persecución por defender nuestra cultura y ahora que tenemos la oportunidad de ejercer un gobierno, si ha de ser bajo un tutelaje, es que no nos quieren en él», aseguró el secretario general del Bloc, Enric Morera, quien además avanzaba el pasado viernes en público cuál era su apuesta.
Se trata de Gràcia Jiménez, una activista de Escola Valenciana, organización que defiende el valenciano como lengua vehicular en el sistema educativo.
El debate sobre quién debe controlar Educación ha mantenido a Compromís dividido desde el principio. Iniciativa optaba por no protagonizar su designación y como ayer quedó demostrado, el Bloc no pensaba renunciar a ello. Por este motivo, la comisión negociadora formada por representantes de ambos partidos acordó que tanto para Educación como para Sanidad se debería buscar una persona de consenso.
Para los socialistas, Jiménez dista mucho de cumplir esta condición y, además, no están dispuestos a aceptar esta imposición. Morera, quien defendía el sábado en un comunicado su postura, prefirió ayer no hacer declaraciones públicas. En el escrito justificaba esta decisión alegando que su formación «no puede ser alejada por proponer o tomar la iniciativa para encontrar a una persona que lidere una Conselleria donde se deciden cuestiones esenciales de nuestro ideario político, como la promoción del valenciano o nuestra cultura propia».
Oltra, futura vicepresidenta del Consell, tampoco le apoyaba. Le recordó a su compañero de partido que los consellers de Educación y Sanidad debían salir del acuerdo de los 55 diputados que conforman la mayoría que hizo posible la investidura de Ximo Puig como presidente de la Generalitat e incluía así a Podemos, quien no entrará a formar parte del Gobierno.
Por su parte, Puig no pudo más que garantizar que hoy habrá Gobierno y no hizo alusión alguna a esta cuestión. Eso sí, realizó un discurso en el que defendió las señas de identidad y la lengua valencianas.
Se comprometió a mantener una relación con el Gobierno de España que sea «leal, exigente y solidaria, que saque a la Comunitat Valenciana del trato discriminatorio y de la actual marginalidad. Detecto el victimismo,pero aún más la injusticia».
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