Tradiciones
Casa Carbonell
Alicante es la Casa Carbonell; y esa casa es mi infancia, mi vida y la bonita historia de amor de mis abuelos Matilde y Santiago
La Casa Carbonell, que ahora cumple 100 años, es la casa de mi abuela Matilde. Es mucho más que un edificio, es un símbolo de Alicante. En el 2º izquierda vivía mi abuela Matilde, esa es la altura que eligió mi abuelo Santiago, para que la vivienda estuviera por encima de la altura de las palmeras de la Explanada, el paseo principal de la ciudad. Al existir un entresuelo y un piso principal, el segundo equivalía a un cuarto, y así se podía ver el mar desde el salón, el comedor y el dormitorio principal.
No hay postal de la ciudad -ese bonito vestigio del pasado- en la que no aparezca la Casa Carbonell, obra del arquitecto Juan Vidal, por su imponente presencia. Más que una casa es un palacio tanto en su interior como en su exterior. A la entrada de la vivienda de mi abuela Matilde -ubicada en la Explanada de España número 1- colgaba un cartel que rezaba “Santiago Agulló, psiquiatra”. Mi abuelo pasaba consulta en su casa.
Así que cuando ahora, y con motivo del centenario de la Casa Carbonell, veo las imágenes de todas las viviendas del edificio iluminadas, primero me emociono y luego viajó a la infancia, a ese balcón en el que entraba el sol por la mañana y al que me asomaba al despertarme, tras dormir en la cama, al lado a la de mi abuela.
Pero las casas, sin duda, son las personas, y en ese palacio, ella y mi abuelo fueron inmensamente felices. Él porque había conquistado, paseando por la Explanada, a la mujer «más guapa y elegante» de Alicante y ella porque, saltándose todas las normas, dejó plantado al aristócrata francés que le habían adjudicado y se casó por amor. Eran tiempos en que para las mujeres todo eran trabas.
Pues eso, que Alicante es la Casa Carbonell; y esa casa es mi infancia, mi vida y la bonita historia de amor de mis abuelos Matilde y Santiago.
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