Política

Valencia

Seis meses de cárcel por matar a un perro con veneno que dispuso para gatos

El condenado trataba de acabar con los gatos y otros animales que mataban a sus palomos de competición

La Razón
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La sección quinta de la Audiencia de Valencia ha desestimado el recurso de apelación y ha confirmado la sentencia que condena a seis años de prisión al secretario de una sociedad de colombicultura de Enguera que dispuso una lata de sardinas envenenada en una zona en la que los gatos y otros animales habían matado a varios palomos de competición.

Sin embargo, la sardina y el correspondiente veneno fue ingerido por un perro que murió cinco horas después sin que pudiera hacer nada por evitarlo el veterinario.

Según consideró demostrado en su día el juzgado de Lo Penal 1 de Valencia y ahora respalda la Audiencia, el acusado, el día 26 de octubre de 2015, depositó en zona accesible al público de la localidad de Enguera próxima al cementerio, una lata de sardinas en la que había vertido junto a una sardina un compuesto granulado tóxico.

En dicha zona los colombicultores de la localidad tienen un centro de vuelo y entrenamiento de palomos deportivos, y el acusado, secretario de la Asociación de Colombicultura, para eliminar a los gatos u otros animales que habían causado la muerte de algunos palomos colocó la lata de sardinas con la sustancia tóxica bajo un ciprés en cuyo ramaje tenían instaladas jaulas de palomos.

Al día siguiente, una vecina de la zona salió a pasear con su perra como hacía habitualmente y la dejó suelta. Fatalmente, el animal ingirió granulado tóxico y a los pocos minutos su dueña vio que la perra se acercaba a ella tambaleándose y con espuma en la boca. La cogió en brazos y se dirigió inmediatamente a la clínica veterinaria El Caroig situada a escasos metros donde el veterinario le aplicó tratamiento de choque por posible envenenamiento. La perra, cruce de ratonero valenciano, de seis años y medio de edad, recibió asistencia veterinaria durante más de cinco horas, pero resultó infructuosa pues fueron fallando los órganos y murió por parada cardiorrespiratoria ocasionada por la intoxicación. La sustancia no pudo ser analizada porque el acusado al saber que la perra se había intoxicado retiró la lata de sardinas y se deshizo de ella.

Los síntomas manifestados por la perra son compatibles con un envenenamiento por carbamatos.

La sentencia, que ahora ratifica la Audiencia, condena al acusado «como responsable directamente en concepto de autor de un delito contra la fauna, a la pena de seis meses de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales por plazo de dos años y al pago de la mitad de las costas procesales causadas».