Un puente de cien metros para unir Villalonga y Ador

La Diputación de Valencia, desde el Área de Carreteras, emprendió una serie de actuaciones en la red provincial con el objetivo de incrementar los flujos de comunicación y desplazamientos entre los diferentes ámbitos geográficos, sociales y económicos. En este contexto, se enmarca el acondicionamiento y refuerzo de firme en la carretera CV-685, tramo Villalonga-Ador, que ha significado un presupuesto total de licitación de la obra de 3.293.930 euros y un plazo de ejecución de ocho meses.

Este tramo en particular presentaba un elevado índice de siniestralidad motivado, en gran medida, por las reducidas características geométricas de la carretera, la multitud de accesos directos, la escasa visibilidad y el elevado índice de vehículos pesados que genera el polígono industrial de Villalonga.

Por todo ello, la Corporación provincial decidió acometer la segunda fase de la obra, que supone la conexión, en condiciones de seguridad, de la CV-685 con la CV-680, ejes convergentes con la población de Villalonga.

Los objetivos, según fuentes de la Institución que dirige Alfonso Rus, fueron mejorar las condiciones de seguridad vial de la carretera mediante la ampliación del ancho de la calzada, la eliminación de los cambios de rasante, la supresión total de los accesos directos, la construcción de un nuevo puente sobre el río Serpis y la adecuación de los sistemas de contención y señalización.

También se persiguió aumentar la conectividad y el confort de la conducción, mediante la construcción de dos nuevas glorietas y la eliminación del tramo de trazado sinuoso, donde era imposible el cruce de dos vehículos pesados.

El nuevo trazado ha reducido sensiblemente los tiempos de recorrido y en consecuencia ha mejorado tanto la calidad de vida de los usuarios de la vía, como la competitividad de las empresas instaladas en el polígono industrial.

El ancho de la calzada es de 12 metros, distribuidos en dos carriles de 3,50 metros, arcenes de 1,50 metros y bermas de un metro.

La carretera antigua pasa a ser un camino de servicio. Para dotar de acceso a todas las propiedades adyacentes se han construido cuatro caminos de servicio de cinco metros de anchura.

El cauce del río Serpis se ha salvado mediante una nueva estructura isostática. La magnitud del puente queda patente en los 1.350 metros cúbicos de hormigón empleados y los 185.000 kilogramos de acero.

Para asegurar la estabilidad del cauce en episodios de fuertes avenidas habituales en esta zona se han construido en ambos márgenes del río muros de escollera.

Las obras se han completado con la señalización horizontal y vertical y el balizamiento correspondiente.